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Sonrió enviando tres mensajes seguidos antes de escuchar un fuerte grito. — ¡JungWon!
Dejó de mirar su celular para mirar a sus mejores amigos con una sonrisa, absolutamente todos estaban justo en la entrada de la universidad e interrumpían el paso de los estudiantes que querían ir hacia sus clases, porque eran seis personas en el medio haciendo absolutamente nada. Se acercó a ellos casi corriendo.
— ¿Qué sucede, chicos? —pregunto abrigándose mejor cuando una fuerte brisa se sintió.
— ¿Vas con nosotros a la pista de hielo? —pregunto Sunoo siendo abrazado por SungHoon.
Hizo una mueca metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo.
— Pues...
— JungWon no irá porque debe ir a ver a su chico malo del sur. — se burló Jake colocándose a su lado.
El mayor rodó los ojos levantando una de sus cejas pero no dijo nada. Jay rió abrazándolo con fuerza mientras lo movía de un lado a otro.
— Véte antes de que se haga tarde y tus papás se den cuenta que no saliste con nosotros.— soltó el rubio aún abrazándolo.
— ¿En serio? —pregunto BeomGyu frunciendo el ceño.— ¿Tu novio aún no conoce a tus padres?
— Estamos trabajando en eso.—dijo a la defensiva apoyando todo su peso en una de sus piernas.
— ¿Seguro? Tienen más de un año saliendo.
— ¡BeomGyu, déjalo en paz!— gritó HeeSeung tomando a Jay de los hombros para separarlo de JungWon.— Lo hará cuando crea que sea indicado.
— Yo se cuando es indicado.— soltó Jake de brazos cruzados antes de soltar una risa.— Nunca.
— Cierto, tus papás te van a matar si saben qué sales con un chico como el, un chico que vive en el sur.— soltó SungHoon sin siquiera mirarlo, muy ocupado en acariciar el cabello de Sunoo.
Jay negó rodando los ojos. — No les hagas caso, su historia de amor es muy bonita y cliché, sigan así.
JungWon imitó a la rubia rodando los ojos nuevamente antes de acomodar su mochila en su hombro.— Como sea, me voy.
— ¡No hagas cosas indebidas o tus padres se darán cuenta! —gritó Jake señalándolo.
— ¡Cuídate!
— ¡Me llamas cuando llegues a casa!
Rió haciéndole señas para que se callaran y cuando llegó a su auto solo se giró asintiendoles, sabía que no pararían hasta que no los mirara.
— ¡Solo cúbranme si mis papás llaman!
Sin más, se metió a su auto y condujo hasta su destino. El departamento de Riki quedaba relativamente lejos de la universidad, Riki era de la parte Sur de Seúl la cual era considerada como la peor parte de toda la ciudad, como si el norte fuera para los buenos y el sur para los vagabundos y desprestigiados. Hacia un buen tiempo Riki había dejado la universidad y siempre prometía volver. Habían pasado exactamente seis meses y JungWon no veía ni una sola señal de que su novio quisiera regresar.
