~Ella no habla/ Cinco y T/N~

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No después de mucho. Pogo bajó y detrás de él venían a paso lento siete de los famosos niños. Los cuales no sabía que eran famosos.

Todos lucían completamente diferentes, claro a excepción de la vestimenta. Usaban uniformes bastante agradables. 

Y ellos se veían de la misma edad que yo. De catorce, aproximadamente.

—Niños, preséntense con la señorita 
—ordenó Pogo—.

—¿Dónde esta papá? —cuestionó un rubio—.

—¿Y ella quién es? —continuó el de cabello negro—.

—El padre de la señorita _____ viene a trabajar con su padre, mientras ellos se mantienen ocupados, ustedes tendrán que darle compañía —explicó Pogo—. 

—¿Qué pasa con el entrenamiento de hoy? —dijo el de tez morena—.

—Será debidamente cancelado ya que su padre no estará presente esta tarde, joven Diego.

—¿Y que hacemos con ella? —prosiguió la chica de risos castaños—. 

—Pueden convivir, a partir de hoy, ella estará quedándose aquí durante la tarde, será mejor que se conozcan bien.

—Solo será una distracción —contestó el de cabellos negros—. 

Si quieren puedo irme, yo tampoco quiero estar aquí... 

—Joven Cinco, niños, tengan algo de respeto. Yo debo retirarme, podrían comenzar enseñándole el lugar. 
—empezó a retirarse—.

Cuando Pogo se alejo por completo, todos quedaron en un silencio incómodo. 

¿Qué hago ahora...?

—Bueno, ¿No dirás nada? —habló el de tez morena—.

—Chicos, yo estoy ocupada, mejor me voy —antes de que la morena se fuera alguien llamó su atención—.

—Papá nos dio la orden de presentarnos —la detuvo el rubio—.

—La orden la dio Pogo, pero no tenemos por que obedecerla, ni siquiera sabemos quien es ella —expresó el de nombre Diego—. 

Ellos seguían en su platica, de verdad quería regresar a casa. 

No parece que quieran recibirme de forma amable. Hasta que uno de ojos rasgados se me acercó.

—Mucho gusto, ¿_____, verdad? —yo sentí—.  Soy Ben, número seis.

El me extendió la mano y yo la estreche. Después de eso, también se acercó otro de los chicos, tenia el cabello un tanto despeinado. 

—Klaus, número cuatro, me alegra que estés aquí, estos son muy aburridos 
—hizo una mueca divertida mientras estrechaba mi mano—. 

—No hablas mucho, ¿No te gusta? —Ben preguntó curioso—.

Rayos, necesito algo con que escribir. 

No tuve mas opción que negar con la cabeza.

—Hey, ustedes, vámonos, tenemos cosas que hacer —interrumpió el rubio—.

—El viejo dijo que debemos —Klaus fue interrumpido—. 

—Estamos ocupados, además, papá no esta aquí —se excusó aquel—. 

—Nos quedaremos aquí, ustedes hagan lo suyo —espectó Ben—. Cinco, ¿No te quedas?

—Lo siento Ben, tengo que practicar mis saltos —respondió serio—.