Dolor

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Eres débil, y sabes, no importa, no importa porque sí eso mata y ese siempre ha sido el final ¿No?, la muerte siempre ha sido el final del hombre, de hasta el animal, es el final en común de los seres vivos. ¿Qué se le va hacer? Es así la cosa, no se le puede dar la vuelta.

Sin embargo, es odioso sentir así: sentirse patético, inútil, miserable, inservible. Una porquería por dentro. Necesitado de alguien al lado que lo escuche, que le abracé, que le dé esperanza con su persona allí. No lo quieres decir tampoco lo quieres ver así, mucho menos que lo sepan, porque se siente y se oye a "debilidad". Eso es incómodo así que mejor se calla, se ignora esa sensación desesperante.

¿Acaso puede ser posible padecer de tanta desgracia?

Sí. Sea de la forma que sea, cada quién sabe qué carga en sus hombros, en su cabeza; en su corazón. Es aquello que no se permite dejar salir de su boca a cualquiera, que aunque los vecinos puedan verlo no saben cómo se siente eso de verdad, es algo que no se imagina ni con ponerse en los pantalones de esa persona. No. Eso solo se puede entender aunque sea un chin escuchándolo de la boca de quién lo padece.

El dolor es de uno.

Cada quién sufre a lo callado su más grande dolor, su tormento personal lo vive entre cuatro paredes, ahí, en ese silencio particular ya sea en el baño, en la habitación, en el sofá, solamente con la oscuridad. Esa noche, solo ella, sabe cuántas lágrimas cayeron en aquellas madrugadas.

Y, los gritos que se aventaron contra los cuatro viento, las uñas que quisieron despegar la piel del cuerpo, los dientes que parecían querer quebrarse al juntarse uno con otro, el cabello jaloneado con gran desesperación sin importar arrancarlo, morderse el pulgar hasta no más poder, asfixiarse con las propias manos, capaz quebrarse el cráneo con alguna pared... son acciones que exclaman: ¡Es que estás loco! Pero esas acciones son producto de aquella sensación de la desesperación, del dolor en la garganta, de los ojos tan llorosos que se tornan rojos, las manos temblorosas..., no, todo el cuerpo, es producto de los hipidos al no poder respirar bien con el llorar. Ese lloro, ese lloro, es tanto que ya te tiene arto, ya no se desea llorar más ya no.

El dolor es la causa. Hay quienes dicen que es normal llorar, que es necesario más bien para sacar todo y no explotar de locura, sin embargo, hay una brecha cuando el dolor la traspasa ya ni llorar satisface, ya no. ...

La tristeza, el dolor, y el sufrimiento, son tres vagabundos que se mueven juntos. Son aquellos que al atropellar tu vida te recuerdan que debes caer para aprender de tus debilidades, porque solo es hasta que te detienes que analizas las cosas, uno vive la vida andando y no la aprecia en ningún momento.

Por eso el dolor choca, la tristeza desgarra y el sufrimiento agota.

Duele, sí, pero ese dolor es necesario para despertarte, para que no vivas muerto si hay un momento para vivir eso. El dolor profundo es uno que no se ve, es uno que se produce de impotencia que consigo no lleva testigo, pero que después de superarlo es visible a cualquiera. Ese dolor provoca cambio en ti, mil superaciones, cientos de reflexiones, un montón de sabiduría y un profundo amor para dar al que lo merece... ¿Por qué no amarte?

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Entre el MartirioWhere stories live. Discover now