Existen tantas cosas que daría por un simple beso. Así funciona Love Theory.
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Aquí no se viene a reír y ser feliz, prepara los pañuelos amix y lee bajo tu propia responsabilidad.
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Taeyong sabe que toda la vida ha sido un niño de mamá y papá. El típico compañero de clases que siempre tenía los mejores materiales escolares y que gozaba de presumir porque, por alguna extraña razón, le causaba gracia las caras llenas de envidia de sus compañeros.
Es consiente de lo privilegiado que ha sido por nacer en cuna de oro; su padre siendo empresario, al igual que su madre, teniendo miles de niñeras y ahora un manager que lo cuidaba como si fuese un niño pequeño.
Como justo en estos momentos. Iban camino a sus grabaciones y JongDae decidió ponerle Molang para que dejase de molestar con que quería un dulce para sus nervios.
Aunque minutos después recibió una barra de chocolate.
La empresa debía de subirle el sueldo a ese buen hombre, lo consentía demasiado.
—Estoy nervioso —admitió mientras comía. —Serán escenas muy íntimas, no creo poder ver eso en televisión, ni de loco. Moriré... ¡oh dios mío, JongDae!, estaré en una escena íntima con John Seo.
—No todo mundo puede decir eso —se burló su manager.
—No ayudas.
—No pretendía hacerlo.
—¡Te odio!
En realidad lo amaba mucho, casi al nivel de su propio padre.
Fue extraño llegar al set de grabación, sabiendo de antemano que todos eran consiente de lo que iban a realizar ese día. Claro que ya había hecho este tipo de cosas con anterioridad, pero, sin dudar, esta vez se sentía... diferente.
Se preguntaba, ¿dónde carajos es que se había metido John?, lo buscó por todo el bendito set y no había señales de vida. Quería conversar un poco sobre lo que harían antes de que comenzaran a llamarlos para dar inicio a la grabación.
Hasta que decidió visitar su camerino. Entró sin tocar porque estaba acostumbrado a hacerlo de esa forma, de todas maneras, ¿qué podría ver?, ¿a John siendo maquillado? no es que pudiese encontrarlo de una manera comprometedora.
Bueno, se equivocó.
Mierda. Siempre le sucedían este tipo de cosas.
Ahí estaba John, abrazando y besando la frente de un chico pelinegro, un poco más bajito que él.
—¿Taeyong? —habló Johnny, una vez que se dió cuenta de la presencia de su compañero. —¿Qué sucede?
—No quería interrumpir —explicó, con un tono de voz nervioso. —Solo necesitaba hablar contigo, antes de que las grabaciones den inicio.
—Comprendo —John le hizo una seña al chico pelinegro y este se dió la vuelta, dándole la cara.
