𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐓𝐇𝐎𝐔𝐆𝐇𝐓𝐒 ┊ Atsumu Miya. ☑

𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐓𝐇𝐎𝐔𝐆𝐇𝐓𝐒 ┊ 010.

Una caricia sobre mi cabello, me hizo salir de mi profundo sueño, asustandome, al abrir los ojos me encontré con Atsumu, alejando su mano rápido.

— Lo siento... Te desperté... — Murmuró bajo.

Iba a responder pero me percaté de que era tarde, casi estaba oscuro, revisé mi móvil y si era ya pasada la hora, por suerte no había ni mensajes, ni llamadas de mi madre.

— Es tarde Atsumu, me quedé dormida. — Me levanté.

— Iré a ver si hay alguien más. — Dijo él, levantándose para salir.

Guardé todas mis cosas asustada, ¿Qué tan descuidada fui para quedarme dormida en la escuela? Mi madre esta vez me mataría, terminando de guardar, iba a caminar pero apareció Atsumu.

— Se fueron todos, esta cerrado... — Comunicó mirando alrededor.

— No puede ser.

Por mi misma verifiqué si había alguien más pero no, estaba todo apagado, la puerta cerrada y las luces del pasillo semi apagadas. 

— Mi madre me va a matar. — Murmuré, nerviosa, volví al lugar de donde salí y me senté.

— Mandaré un mensaje a 'Samu. — Dijo Atsumu, escribiendo un mensaje.

— Mi mamá me va a matar... — Masajeé mis sienes, preocupada.

— Tengo entendido que hay guardias que cuidan el lugar, si 'Samu viene, saldremos. — Intentó tranquilizar Atsumu pero seguía desesperada.

— No lo entiendes Atsumu, mi madre me va a matar, ella es muy exigente con el horario... Debe estar furiosa.— Las lágrimas se acumularon en mis ojos, soltando mis cosas en el suelo.

— Hey, no llores. — Intentó tranquilizarme. — No pasará nada, yo mismo le explicaré lo sucedido, ¿si?

De un momento a otro este tomó mi rostro y sacó las lágrimas, evitando que llorara, sus manos eran cálidas pero ásperas, lo normal en un jugador de volley, pero no me molestó, me acerqué y lo abracé, ocultando mi rostro en su pecho, recibiría el regaño de mi vida, no podía imaginar lo que me vendría al llegar a casa, me sentía idiota por haberme quedado dormida en la biblioteca, de repente Atsumu brindo caricias en mi espalda aunque se le podía sentir tenso, pero no lo pensé y me quedé ahí.

Transcurridos unos minutos, me separé y bajé la mirada, disculpándome por mi comportamiento, aunque no esté del todo tranquila, debía comportarme como tal.

— No tienes que disculparte.

Sus manos tomaron mi rostro de nuevo, sentí sus caricias mientras fijaba la mirada en él, mi corazón pronto tomó un rumbo más acelerado, sin saber que hacer o decir, extrañamente la distancia se fue acortando hasta que nuestros labios se unieron en un cálido beso, nada elaborado solo un choque de labios suficiente para sentir los sentimientos que trasmitía él.

Nos separamos y quedamos mirando, si antes me sentía estúpida, ahora peor estaba, ¿Él y yo?, me separé un poco más y cubrí mi rostro con mis manos.

— Esta mal Atsumu, el beso no debió ser. — No tenía valor de verlo a los ojos.

— Masumi... Yo...

— ¡'Tsumu, Masumi! — Se escuchó la voz de Osamu.

Salí primero con mis cosas, agradecí a Osamu por venir y corrí hasta mi casa, no se como pero corrí con todas las fuerzas, sin mirar atrás e ignorando las voces a mis espalda.

Un nuevo día amanecía, esta vez Fumie me prestó una de sus bufandas extras, había ya teniendo lavada la bufanda de Atsumu, se la regresaría hoy, aunque me daba vergüenza de verlo, después de aquella situación.

El día pasó más rápido de lo normal, antes de irme le pedí a Fumie que le diera la bufanda a Atsumu durante el entrenamiento, nuevamente pedí permiso para faltar, necesitaba un tiempo para mi y pensar en la situación, además de eso debía estar atenta a la llegada de mi madre, tuve suerte de que el día anterior se fue de viaje con urgencia, me salvé.