1. Servants

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Un enorme salón que abarca a más de quinientas personas se encontraba a su máxima capacidad.

Entre la multitud la mayoría eran hombres y mujeres de aspecto humano, los restantes eran seres hechos de piedra, gente con orejas puntiagudas, con ojos arcoíris, entre algunas otras más. Las edades de muchos diferían por muchos años, siendo algunos jóvenes adolescentes.

Estos jóvenes, muchos se reían y charlaban en grupos como si se conocieran, otros se quedaban a solas con calma y especialmente algunos, se encontraban en las sillas de los rincones del salón hechos un manojo de nervios.

"¡Atención examinados! Las pruebas escritas han finalizado, pueden pasar a revisar sus notas, aquellos que hayan aprobado pasarán a la prueba práctica y los que no... ¡Váyanse de inmediato!"

Ante el anuncio que han estado esperando, todos se levantan de sus sitios y salen para llegar frente a un tablón de madera con un papel. En el papel había listas con los nombres de cada uno de los presentes y al lado de cada uno habría una palabra en negro significando que pasa a la siguiente prueba, y si tiene una palabra en color rojo significaba que fracasó.

Enseguida, todas las risas y calma que mostraban anteriormente cambiaron a quejas y lamentos.

"¡Otra vez fallé en la parte escrita!"

"¡Si yo no aprobé entonces nadie debió aprobar, estoy seguro de responder todo correctamente!" - gritaba en histeria uno de los que se reían a carcajadas hace solo unos minutos.

"Maldición, mi clan dedicó años ayudándome y he fallado ¿qué se supone que haga ahora?" - se lamentaba arrodillado con las manos en el pelo.

Mientras prácticamente se ahogaban en la frustración, decepción e ira, uno de los que tomaron el examen se levanta de su asiento después de varios minutos y se dirige a ver su destino. Pasó entre la multitud con mucha dificultad, al llegar frente al tablón se quedó buscando su nombre un rato, con cada segundo poniéndolo más y más nervioso. Solo después de mucho tiempo de búsqueda encontró su nombre, y junto él había una frase de cierto color que lo hizo abrir los ojos de par en par.

"Pasé... yo... ¿pasé?"

Sus palabras, en el mar de voces de cientos de personas, fue suprimida hasta su punto más alto siendo que incluso los que estaban a su lado no lo escucharon.

Examinador: ¡Bien, por favor cállense! - gritó el mismo hombre de antes con su paciencia por los suelos al escuchar tantas quejas - Si no aprobaron es porque son inútiles y tan arrogantes que no se dan cuenta de sus errores, ahora váyanse así puedan seguir los que aprobaron.

"¡No lo acepto! ¡Es imposible que solo una persona haya aprobado de más de quinientos!"

En cuanto alguien gritó eso, el resto pareció despertarse de un detalle, el cual era que solo había un nombre con el texto de "Aprobado" en color negro. Pero ser el único de entre quinientos que tomaron la prueba era demasiado raro.

"¡Si desde un principio iba a aprobar entonces esta prueba es una farsa! ¡Es obvio que solo los demonios de los clanes importantes pueden llegar a aprobar!"

Examinador: ¡¿Oh?! ¡¿En serio?! - pronunciaba soportando de no ir y golpearlo - Entonces con gusto te informaré que quien aprobó, el único que consiguió una nota aceptable entre más de quinientos es un humano reencarnado bastante joven.

"¡¿Un humano?! ¡¿Perdí contra un reencarnado?! ¡Maldición, que asco!"

"¿Cómo se supone que pierda contra alguien así? Perder contra un demonio reencarnado... mi familia estará muy molesta conmigo"

Convergencia EspiritualWhere stories live. Discover now