9. Nuevos invitados

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Mientras las chicas protegían a Issei de Euclid, las demás, Raikou, Scáthach y Merlin se acercaban cada vez más al territorio de los vampiros en Rumania con solo unas pocas horas de viaje, cortesía de Merlin y su magia de vuelo e invisibilidad.

A parte de volar, Merlin también analizaba las ciudades por las que pasaban, notando que eran idénticas a las de su mundo.

Estaban sobre un bosque que se extiende hasta el horizonte y algunas montañas a lo lejos, las tres se encontraban a unos quince minutos de su objetivo, pero de repente Merlin se detuvo, haciendo que las otras dos la miren.

Cerró los ojos y miró por su izquierda por varios segundos hasta que decidió dirigirse allí.

Scáthach: ¿Por qué cambiamos de curso?

Merlin: Sentí auras muy particulares por esta dirección, quisiera investigar que son antes de llegar con los vampiros.

El cambio no le importó mucho a Scáthach, y mucho menos a Raikou.

Llegaron al pie de una montaña, donde Merlin deshizo su magia permitiéndoles pararse en la tierra.

Scáthach. No hay nada aquí - dijo lo obvio, aunque sin malas intenciones - ¿Tal vez hay una puerta escondida?

Merlin: Y no es una normal - comenta caminando hacia la montaña empinada frente a ella.

Apoya una de sus manos en la montaña y la arrastra formando un círculo, luego con sus dedos hace diferentes líneas que no se marcan para nada, así hasta que, después de dos minutos de espera, hubo un ruido de algo muy pesado abrirse.

Raikou: Usaron el interior de la montaña como una base secreta, debió ser para espiar a los vampiros

Merlin: Eso creo, bien, entremos.

Apenas entraron, Scáthach notó un dispositivo en la pared, por lo que, al subirlo, la luz apareció iluminando un largo recorrido con focos y cables en las paredes.

Scáthach: Electricidad, creí que usarían magia para iluminar el lugar.

Merlin: De seguro no quieren arriesgarse a que alguien detecte la magia y descubra este lugar.

Las tres avanzaron por el lugar encontrando varias salas vacías con mesas llenas de aparatos en construcción, rotos, papeles e incluso frascos con líquidos desconocidos en estantes.

Raikou: ¿Qué creen que hacían aquí? - les pregunta agarrando algunos de los aparatos en las mesas.

Scáthach: Estas cosas son raras, no les encuentro la forma - dice viendo algunos planos y hojas en las mesas o el piso.

El lugar estaba completamente abandonado, con algo de polvo acumulado en los muebles y el suelo. Analizando todo lo que encuentran, parecía que se fueron a las apuradas sin tener tiempo de guardar los proyectos y planos.

Merlin: ¡Chicas vengan a ver esto!

Con el grito de Merlin, Scáthach y Raikou dejaron las cosas y siguieron la dirección de la voz llegando a una gigantesca y profunda sala con decenas de contenedores cilíndricos resguardando múltiples artefactos en cada uno los cuales flotaban en el centro.

Raikou: ¿Cuántos hay?

Merlin: 128 sacred gear - respondió al lado de una mesa sujetando un cuaderno lleno de anotaciones.

Scáthach: ¿Sacred gear? ¿Son lo que nos contó nuestro maestro? ¿De dónde consiguieron tantos? Creí que siempre tienen un portador.

Merlin: Y lo hacen, solo que estos fueron extraídos de sus portadores - leía el cuaderno que parecía más una bitácora.

Convergencia EspiritualWhere stories live. Discover now