Recuerdo 1 - Un Cuento de Hadas

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Hay comentarios, susurros, rumores entre las personas comunes de hasta donde llega la fortuna de los Persa, historias sobre sus riquezas y logros, que parecen salidos de un cuento de hadas y una epopeya de héroes ¿o villanos?

En medio de tanta fantasía mezclada con realidad una cosa es certera:

Llevar el apellido Persa es símbolo de poder e influencia.

Las historias no le llegan a los talones a la poderosa realidad de un Persa:

Controlar a los medios.
Gobernar el mercado.
Influenciar democracias
Influenciar monarquías.
Determinar guerras.
O determinar la paz.

Pero lo que no cuentan las historias es todo el meollo de secretos y misterios detrás de la aparente perfección de la familia Persa.

Secretos que están condenados a cargar en el corazón los portadores de este apellido.

¿Quién sabe?

Tal vez un día un miembro de los Persa le revele al mundo todas las historias jamás contadas acerca de la "gloriosa" corona de los Persa.

"Eres muy afortunada"

"Baja la cabeza"

—Tea.

"Nunca cuestiones nada"

"Solo debes agradecer"

—Tea.

"Se lo debes todo a ellos"

"Nunca olvides de donde te sacaron"

—Tea ¿me oyes?

"Goza tu nueva vida con la corona de los Persa sobre tu cabeza"

—¡Tea!

Desperté.

—¿Eh? Perdón ¿dijiste algo, Amber?

—¿A qué mundo fuiste esta vez? —preguntó dejando escapar una gran bocanada de aire— ¿en qué estabas pensando?

Aparté la vista.

—En nada —respondí con una sonrisa— solo tonterías. He estado algo ocupada estos días, es todo.

Mi prima me vio con incredulidad.

—¿Muy ocupada con los viajes, autos de lujo, ropa bellísima y tener que ir a tus cuatro casas de verano? Debe ser agotador —bromeó.

—Claro que no —dije dejando la taza de té sobre la mesa de cristal— tenemos siete casas para el verano —agregué riéndome.

—Lo siento, su alteza ¿podrá concederme su perdón por este terrible error?

—Perdón concedido.

El canto de las aves en el bosque acompañó nuestra efímera risa que tan pronto como venía así mismo se iba.

—Ya en serio, Tea...

En el momento que sentí su tono de voz cambiar drásticamente supe que tendría que inventar una excusa para irme rápidamente.

—¿Sí irás a la gala de beneficencia no?

El silencio se apoderó de mi habitación por unos largos segundos, mientras pensaba qué responder para no parecer patética.

—¿Tea?

La Vida que nunca soñéWhere stories live. Discover now