Capítulo 24 | Llamada

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Los toques en la puerta despertaron a la pareja. Ya pasaban de las 8 de la mañana, el sol brillaba en las flores, evaporando poco a poco el rocío matutino. El fresco viento pasaba por la ventana entre abierta, y los toques en la puerta seguían sonando.

—Levántate... es tu hijo — dijo Yibo entre dormido, con el rostro incrustado en la almohada.

Xiao Zhan se levantó, medio dormido, chocando con todo, y abrió la puerta, para encontrar a Ayanga junto a Suo'er bien despierto, pero lo miraba con cara extraña.

—Creo que es más seguro que el niño se quede conmigo... ustedes... dios, los espero en la cafetería para desayunar. —dijo el mayor, llevándose a Suo'er quien felizmente se iba con su tío Aya.

Xiao Zhan hizo un ruido de aceptación y cerró la puerta, solo para verse en el espejo de la entrada y descubrir una serie de manchas rojas en el cuello, obviamente habría más en su cuerpo. Al ver esto, se despertó enseguida, disipando cualquier rastro de inconciencia.

—WANG YIBO — dijo Xiao Zhan, apretando los dientes. — Te atreviste a dejarme marcas, esto no se va a quedar así.

El mayor se puso sobre Yibo, que se encontraba boca abajo, y comenzó a mordisquear y chupar algunas partes de su cuello y espalda, pasando por los hombros e incluso los brazos.

Unos gruñidos sonaron de entre las suaves almohadas, y el ceño fruncido de Yibo apareció.

-Buenos días, dormilón- dijo Xiao Zhan sobre su cuerpo, dándole un suave beso.

-Buenos días, Zhan-ge, siento como si un camión hubiera pasado por encima de mí - dijo Yibo sin abrir los ojos.

-¿Me estás diciendo gordo? - preguntó Xiao Zhan, dándole una palmada suave en el brazo.

-Jamás, mi vida. Pero creo que debemos empezar a hacer ejercicio nuevamente... un par de rondas y estamos destruidos – dijo Yibo volteándose y sentándose en la cama.

-Ese serás tú, yo estoy perfecto – dijo Xiao Zhan sentándose a horcajadas y abrazando su cuello.

-Dios... ¿Acaso estoy en el cielo que estoy viendo un ángel apenas despierto? - dijo Yibo admirando la belleza de su esposo.

-No digas tonterías... vamos a levantarnos y lavarnos. Nuestro hijo nos espera en la cafetería... - dijo Xiao Zhan, levantándose y caminando al baño.

Yibo se quedó embobado unos minutos hasta que la voz de su esposo llamándolo para que se apurara lo despertó.

~

Una vez en el primer piso del hotel, se dirigieron a la cafetería, y se encontraron que su hijo y Ayanga, estaban rodeado de jóvenes mujeres.

Si Yunlong se entera de esto...

Pero cual fue su sorpresa que las jóvenes mujeres no tenían intensiones con el hombre maduro, sino que admiraban la belleza y ternura de Suo'er. Las ruidosas chicas ahogaron sus gritos cuando vieron a dos guapos hombres acercarse a ellas. Algunas se sonrojaron y otras se acomodaban la ropa, pero, quien iba a pensar, que la mirada de estos dos hombres no iba a ninguna de ellas, sino que al bebé que estaba en la silla infantil.

-Baba, diedie – balbuceaba el pequeño y estiraba sus pequeños brazos hacia ellos.

Las chicas no podían creerlo, ¿estos dos guapos eran los padres de este niño tan lindo?

-Lo siento, señoritas, pero acá todos somos hombres casados y mi hijo es muy pequeño para ustedes. Por favor, retírense.- dijo Yibo, sentándose al lado de su hijo, actuando como si las chicas no existieran.

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