— Si bueno, tal vez me pasé con lo que dije. — Mark dice y se recuesta en el sofá más grande — Pero eso no quita el hecho de que sea un inmaduro. —.
— Ayer llorabas por ese inmaduro... —.
— ... —.
— ... —.
— ¿Te lo dijo Jeno? —.
Jaemin asintió.
— Aish, tan chismoso, Jeno Lee. — se tapó el rostro con su gorra.
Se estaba sonrojando, pues no acostumbraba a llorar, y menos con los menores.
— No tienes porque sentir vergüenza, lo extrañas y eso es normal. — dejó la escoba de lado y se sentó en el sillón individual frente a él — Y tampoco me lo contó de chismoso, solo se preocupó mucho por tí. —.
— Prometo no volver a hacerlo, no quiero que ustedes salgan más afectados aún. —.
— Mientras no resolvamos el problema desde la raíz, seguirá afectándonos. —.
— ¡Papi Jaemin! — Donghyuck hizo aparición, corriendo desnudo hasta él — ¡Ayuda! —.
— ¡Ven aquí, Hyuckie! — Los otros tres Marks venían tras el niño, intentando agarrarlo.
Jaemin lo alcanzó a atrapar y lo tomó.
— ¿Me puedes explicar porqué estás sin ropa? — le preguntó, mirándolo con una falsa mueca de enojo.
— Quiero que me vista papi RenJun.. — hizo un puchero.
— Pero papi RenJun no está, Hyuckie. —.
Y ahí el llanto apareció.
— Creo que no debí mimarlo tanto... — Jaemin suspiró — ¿No quieres que te vista yo? —.
— ¡No! — continuó con sus lágrimas de cocodrilo.
— Tengo un dolor de cabeza que ni se imaginan... — se quejó y observó a los otros tres, mirándose sin entender.
Entonces el Mark original se levantó.
—Ahm, Donghyuck... Si quieres yo puedo vestirte. — se le acercó.
El niño lo miró de pies a cabeza, asintió frenéticamente.
Jaemin lo bajó, en su cara se notaba lo ofendido que estaba.
Mark comenzó a caminar hasta el cuarto con el moreno detrás, corriendo para llegar primero.
— ¿Porqué lo escogió a él y no a mí? —.
— No te sientas mal, los niños son así. — Mark número dos tomó asiento y se relajó.
— Lo dices como si Mark hubiera compartido con un niño alguna vez en su vida. — Mark número tres ríe y se sienta junto a él.
— Tal vez solo es el aura de Mark, de alguna forma está conectado con él. —Mark número cinco dice y palmea su hombro.
Bien, tal vez solo exageraba.
Después de todo, esos dos eran almas gemelas. En cualquier dimensión se iban a encontrar.
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