¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
════ ⋆☆⋆ ════
En la última semana, Sunhee sentía que habían pasado demasiadas cosas; su amistad con las perdidas iba a mejor, sobre todo con Eunji, Gaeul y Ayaka, con quienes se enviaba mensajes cada vez que podía, quedaba con sus amigas y a finales de ese mes comenzaba su último año en la universidad.
Además de que su relación con Felix iba perfecta, tras su último encuentro se sentía feliz, completa, como si no necesitase nada más en esos momentos. En cuanto el idol tenía libre, aprovechaban a hablar, ya que dentro de poco tendría un comeback y quería que todo saliera perfecto.
Aunque había algo que le extrañaba, el comportamiento de su madre. Desde hacía unos días notaba que estaba rara, como si ocultase algo que no debía saber. El simple hecho de que un día la había pillado conversando con su tío y ambos se callaron al notar su presencia, o que siempre que quería preguntarle solía cambiar de tema, era suficiente para darse cuenta de que algo pasaba.
Por esa razón, había decidido esperar a ver si era capaz de contárselo, entre ellas siempre había confianza, por esa razón contaba con que en cualquier ocasión se lo comentaría.
—Buenos días, Sunhee —escuchó a su madre decir tras entrar a casa, dado que había ido a pasar a Dasom, que se había ido corriendo cuando ya estaba suelto—. He preparado algo mientras no estabas, seguro que no habrás comido nada.
—Buenos días —saludó quitándose el calzado para luego dirigirse a la cocina—. Pues no, me llevé una barrita de chocolate para el camino.
—¿Crees que eso es suficiente? —cuestionó con una ceja alzada. Sunhee iba a contestar, pero no la dejó ya que continuó—. La respuesta es no, el desayuno es lo más importante del día.
No replicó, se sentó en una de las sillas, esperando a que terminara de colocar todo y que se pusiera a su lado para empezar a comer. Todo estaba tranquilo, conversaban sobre cómo afrontar el comienzo del curso, si estaba nerviosa al ser su último año,...
—Estoy tranquila, tengo a Haeun —explicó con tranquilidad, no estaba preocupada, sino todo lo contrario, tenía ganas de terminar y ver lo que le esperaba después, pero aún faltaba para eso—. Además quiero saber qué ocurre tras acabar y...
—Primero tienes que empezar las clases, aún queda tiempo para que eso pase —le interrumpió su madre para luego sonreír de manera melancólica—. Aunque crezcas tan rápido, siempre serás mi pequeña.
Sunhee no respondió, no sabía qué decir cuando le daba esos momentos, donde empezaba a revivir recuerdos pasados en su mente, unos que le provocan nostalgia y se podía percibir por la forma en la que se comportaba o como su cara cambiaba de expresión.
Sentía que no solo se trataba de que ella ya no era una niña, que algo más había y quería averiguarlo.
—¿Qué ocurre? —inquirió de inmediato dejando la comida a un lado.
