٠ ˖ ࣪♡̸ 𝗧𝗮𝘁𝘁𝗼𝗼𝗲𝗱 𝗕𝗼𝘆 ִֶָ

O1

Su cuerpo fue estampado con brusquedad contra los casilleros, su espalda dolió por el impacto y su cuerpo tembló ante la cercanía del chico frente a él, se estaba muriendo de miedo, no quería ser víctima del pelinegro, ahora ni nunca.

—Por-por favor, Huening... Déjame ir.—El pelinegro escaneó las facciones del menor, tomó su mentón bruscamente y lo acercó a su rostro, quería averiguar por sí mismo por qué BeomGyu siempre se alejaba de él con una expresión aterrorizada.

—¿Por qué mierda siempre huyes de mí? ¿Qué concepto tienes de mí, Choi BeomGyu?—El pelirubio no tenía la valentía suficiente para responder, todo su ser estaba temblando ante la cercanía y el contacto físico con el tipo que tanto teme.

¿Por qué ahora lo tenía aprisionado contra los casilleros en medio del pasillo escolar? No estaba preparado para una paliza, no quería, debía escapar o esto terminaría mal.

—Déjame ir, Huening...—Quería llorar, sus ojos se llenaron de lágrimas y en cuanto Huening le soltó, cubrió sus ojos con su antebrazo, echándose a llorar. ¿Por qué era tan cobarde?

—¿Me tienes miedo? ¿Es eso?—El pelirubio se negaba a responder, tenía miedo de responder algo mal y echarlo todo a perder, si hace enojar al pelinegro más de lo que ya está, probablemente le vaya a golpear y eso era lo que menos quería, si su madre lo viese golpeado echaría un grito al cielo y condenaría a Kai por abusador.

—Huening... No te he hecho nada, no me golpees ni me hagas daño, por favor.—El puño de Kai fue directo al casillero de al lado, dejando paralizado por completo a BeomGyu, quien descubrió sus ojos y se aferró al borde de su casaca, sin dejar de temblar.

—¿Es por mis tatuajes? ¿Por mi apariencia? ¿Crees que soy un maldito delincuente, Choi? No creas que los rumores de ti hablando mal de mí no llegaron a mis oídos.—Demonios, él debió cerrar la boca y ahorrarse sus estúpidos comentarios, no ir ventilándolos por toda su clase.

—L-Lo siento, lo siento mucho. Discúlpame, y-yo...—Se estaba desesperando y realmente quería huir, pero las posibilidades de hacerlo eran nulas cuando tenía a Kai acorranlándole con ambos brazos a cada lado de su cabeza.

—¿Lo sientes? ¿Crees que no me afecta cuando me tildan de delincuente por verme así?—Se señaló así mismo.—¿Al menos eres conciente de lo que dices y piensas? No conoces mi historia, BeomGyu.—Lo último lo dijo casi susurrando, demasiado cerca de los labios del menor, demasiada cercanía que ponían de los nervios al pelirubio.

—Lo siento...

—¿Sabes qué vas a sentir realmente? Esto.—Los ojos de BeomGyu se abrieron de manera exagerada cuando sintió los labios de Kai presionar los suyos, se aferró más al borde de su casaca y su respiración de volvió agitada, estaba temblando y no entendía qué pasaba.—¿Podrías al menos corresponder?—Se alejó del rostro del menor y lo observó con atención, BeomGyu estaba llorando. Él en serio me tiene miedo, mierda.

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