Capítulo 1

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Corro.

Esquivo a la gente de mi alrededor, ¿¡Cómo narices me han vuelto a encontrar!?. Miro hacia atrás, a mi izquierda, y veo a una chica morena, la tengo bastante lejos así que no me preocupa. Miro a mi derecha y veo a un chico moreno mucho más cerca de mí. Mierda, este sí me preocupa. Siento que los pulmones me abrasan, en unos segundos no voy a poder seguir corriendo más, debería haberle prestado más atención a mi profesor de gimnasia cuando iba al instituto, pero en aquellos tiempos a lo único que prestaba atención era a Daniel, el chico guapo de clase y al que no podía quitarle los ojos de encima.

Volviendo al tema: o me espabilo o Buffy y Forrest Gump van a alcanzarme. Hace exactamente tres meses que me persiguen y todavía no sé por qué, bueno me puedo hacer una idea teniendo en cuenta el historial familiar que tengo. Según mi madre y mi abuela, Dafne y Catalina, nuestros antepasados han vivido siempre en Escocia desde hace cientos de años todos han seguido la cultura Celta, y según mi abuela, pertenecemos a un linaje de brujas Wicca. Digamos que nunca la había tomado muy en serio hasta que las cosas comenzaron a ponerse feas y un día la vi utilizar su elemento: Aire. A partir de entonces comencé a interesarme por la historia de la familia.

Los Wiccanos cultivan cuatro poderes que se constituyen en normas de iniciación y que se relacionan con los cuatro elementos: saber (noscere) que corresponde al Aire; atreverse (audere) corresponde al Agua; querer (velle) que corresponde con fuego; y permanecer callado (tacere) que corresponde a la tierra. Pero además hay un quinto elemento al que denominamos Espíritu, este, es el más poderoso y solamente lo tienen Los Antiguos, que son los primeros Wiccanos que existieron en el mundo, a los que también llamamos "Los seis", porque era un grupo de tres hombres y tres mujeres. Ellos fueron los que pusieron las dos únicas normas que todo Wiccano debía cumplir: jamás se utilizara el poder para manipular la voluntad o emociones de las personas, o usarlo contra estas, y solo se utilizara el poder para mejorar el mundo o ayudar a otras personas, siempre en armonía con el universo y la naturaleza.

Vuelvo a mirar hacia atrás, y dios, me entra el pánico cuando veo que por primera vez desde hace unos meses están a punto de cogerme. !No entiendo cómo puede ser que me acaben encontrando siempre!, pero si hasta me he teñido el pelo de rubio. Y pensar que mi vida había sido normal hasta que escuche a mi abuela y mi madre hablar de mí, en estos momentos es cuando me arrepiento de haberme ido de casa sin decirles nada.

De repente siento un fuerte golpe en mi espalda y del impacto caigo al suelo.

-Dios. -Digo por el dolor que siento en el brazo y en las costillas a causa de la caída.

El imbécil del chico me ha hecho un placaje como si estuviésemos en un partido de Rugby. Maldito animal. Pero no tengo mucho tiempo para quejarme, me levanto corriendo y antes de que pueda dar dos pasos siento cómo me coge del brazo. Girándome con fuerza le doy una patada en las costillas y durante unos segundos veo la sorpresa reflejada en su rostro. No se esperaba que fuese a luchar. Aun y así sigue sin soltarme el brazo, así que utilizo ese momento de despiste para retorcerle el brazo y finalmente me suelta. Me giro hacia él y en su mirada veo diversión, genial, eso me cabrea y le lanzo un puñetazo a la cara, pero él lo para en el último momento y estira mi brazo para ponerme más cerca suyo de manera que quedo de espaldas hacia él y me tiene sujeta por el bíceps.

-Se acabó. -Susurra.

Con fuerza le doy un codazo en toda la cara y eso provoca rápidamente que me suelte de nuevo. Sonrío triunfal a la vez que él sonríe irónicamente, le estoy pegando una buena paliza, pero esto tiene que acabar antes de que aparezca la chica que iba con él porque sé perfectamente que con los dos no podré. El chico me hace una señal con la mano diciéndome que vaya a por él y sin pensármelo lo hago: Le lanzo una patada pero esta vez la esquiva, al hacerlo da un paso adelante y se sitúa mucho más cerca de mí, me coge del antebrazo y utiliza una llave con la que rápidamente caigo al suelo de espaldas y él encima mío sujetándome los brazos. Todo esto en menos de tres segundos. Alucinada, le miro y veo una sonrisa de superioridad en su rostro. Genial, mientras yo lo daba todo en la pelea, él solo estaba jugando.

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