Kaminari y Shinso ya tenían varios meses saliendo, más nunca se sintieron completamente satisfechos en las relaciones íntimas.
Por más que quieran evitarlo, en algún momento deberían hablar sobre aquello
Habían pasado 3 meses desde que Shinso y Kaminari oficializaron su relación. Al inicio todo era perfecto, cada cita era única, cada mensaje de buenos días era especial, las noches que pasaban juntos eran simplemente inolvidables.
Pero poco a poco esas citas se volvieron repetitivas, los mensajes de buenos días perdieron su magia y las noches juntos habían apagado su pasión.
—No creí que una relación fuera así —dijo tras un suspiro pesado, desplomándose en el sofá.
Ya era costumbre para Denki el ir a desahogarse con sus amigos acerca de su relación, necesitaba consejos y ellos eran los indicados. Claro, los consejos de Sero y Kirishima no siempre eran los mejores, pero al menos era algo.
—No te apenes Kaminari —respondió su amigo pelirrojo, mientras traía unos vasos con jugo— ¿Qué es lo que te preocupa ahora?
—Bueno... —bufó— las noches con Shin... ya no son iguales.
Sus amigos se atragantaron con el jugo que estaban bebiendo debido a la risa que se les salió.
—¡Hey! No sé rían, esto es serio.
—Perdón... Cof... Cof... —respondió Sero tratando de recuperarse de esa carcajada— ¿No te parece que esto es un tema que deben discutirlo en pareja? Cof... Cof...
—¡No! —se cubrió el rostro para evitar mostrar su sonrojo— si le digo esto a Shinso... ¿Qué tal si lo ofendo?¿Qué tal si piensa que no estoy satisfecho? No quiero terminar con él, no quiero que malinterprete las cosas.
—¿Pero ese no es el problema? —respondió está vez Kiri— Si no te sientes satisfecho en la cama, deberías decírselo.
—No es que no me sienta satisfecho, es sólo que...
—¡¿Qué?! —respondieron sus amigos al unísono.
—Es sólo que se todo se volvió muy predecible... Shin es amable conmigo, siempre trata de cuidarme y se asegura de no lastimarme, no es rudo y suele terminar todo cuando yo acabo.
—¿Qué? ¿Acaso quieres que te pegue e insulte? No sabía que te gustaban ese tipo de fetiches.
—¡No!
—¡Dejen de gritar! —se oyó una cuarta voz ingresando a la sala— ¡¿Seguirán toda la maldita noche quejándose sobre su vida sexual?!
—Kats... —habló Kiri al reconocer al nuevo invitado— Denki sólo vino a pedir consejos.
—Tsk. Ya será media noche ¿Acaso quieres que yo también vaya con mis amigos a quejarme sobre ti? —nadie respondió y ahora Bakugo se dirigió al otro rubio— ¡Escucha idiota, si quieres que tu vida sexual mejore, vete a hablar con tu pareja! ¡¿O acaso este par de tontos te darán el placer que no tienes con ese ojeras de mapache?!
—Pe-pero yo...
—¡Nada de peros! ¡Si no tienes los huevos para hablar de frente con tu pareja, entonces deberían terminar!
—Hey... Bakugo, no seas tan rudo con él —intervino esta vez, Sero.
—Tsk. Sólo digo las cosas como son. ¡Ahora váyanse de mi departamento, Kirishima y yo tenemos cosas que hacer!
Y tras varios gritos y empujones, Katsuki echó a Kaminari y Sero de su hogar.
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