¡Sensei, ámame! ❘ SAMO

11: ¡Sensei, ámame!

Minatozaki Sana tenía decidido declararse a su crush, su sensei Hirai Momo.

Junto a sus amigos decidió porner en marcha la misión amor que habían planeado entre los cuatro.

En pocas palabras, Sana iría cómo siempre después de clases con su sensei Hirai.

Todo sería normal, o eso pensaría sensei.

Pero en realidad, Sana le entregará una carta con sus sentimientos por ella.

Simple de decir, pero difícil de realizar.

Su carta ya estaba hecha, todos sus sentimientos habían sido plasmados en aquella hoja blanca con adornados rosados, con varios corazones y caritas felices.

La castaña se encontraba en clase de filosofía y las clases ya estaban por terminar, "ya casi..." Se repetía Sana mientras miraba aquel reloj de agujas marcando las 3:59, "un minuto más" pensó una vez más.

Estaba desesperada, ya quería que llegara la hora en la que todos salieran y así ella podría entregar su adorable carta a su sensei.

— Bueno, si no tienen más dudas eso sería todo, ¡Que tengan un lindo fin de semana! — Todos salieron disparados había la salida del aula mientras que cuatros chicos se quedaban conversando.

¿Había olvidado mencionar que era viernes? Bueno sí, el plan por obvias razones tenía que llevarse acabo ese día, pues así la sensei Hirai tendría más tiempo de pensar su respuesta.

Ya no había ni un alma en el aula, Hitomi, Nako y Riki se fueron de igual forma deseándole suerte en su misión amor a su amiga miope.

Sana rápidamente guardó todos sus cosas, excepto por la carta adornada de manera aniñada para su sensei.

— ¡Sensei! — llamó Sana y la mayor volteó rápidamente con una linda sonrisa en su rostro.

Hirai estaba comenzando a acostumbrarse a la presencia de la castaña al terminar las clases, era reconfortable.

— Le tengo un regalo muy especial, espero y lo acepte — comentó la menor con un gran sonrojo en sus mejillas.

La carta fue bien recibida por su sensei Hirai, con ambas manos agradeciendo el gesto.

— Muchas gracias, Minatozaki — agradeció y guardó la carta entre sus pertenencias — Ten un buen fin de semana, linda — se despidió la mayor retirándose del aula.

"Linda..."

— ¡¿Sensei acaba de llamarme "linda"?! — exclamó minatozaki llena de alegría, una gran sonrisa yacía en su rostro.

Sus mejillas comenzaron a sentirse húmedas por las pequeñas lágrimas de cocodrilo que se asomaban. Lloraba de felicidad, estaba realmente feliz, su sensei Hirai la llamó linda.

"¡Llamen una ambulancia, que estoy que me muero!"

Pensó Sana haciéndose bolita mientras sus lágrimas aumentaron, no estaba triste, estaba llorando de felicidad.