Capítulo 3: Panda rojo

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—¿T/n? ¿Mei? ¿Están despiertas? Vengan a desayunar. 

Abrí los ojos y vi... ¿Un PANDA ROJO!? 

—¿Uh-Mei? —llamé pero no creo que me escuchó.

La seguí al baño, se miró al espejo y gritó, entré en pánico y cerré la puerta.

Mamá vino corriendo, me miré en el espejo, ¿yo también era un panda rojo? Arqueé las cejas y miré a Mei.

—¿Todo bien ahí? — mamá preguntó

—¡No entres!— Mei exclamó.

Genial, ahora sospecha.

—¿Qué están haciendo? ¿Les duele algo? ¿Tienen fiebre? ¿Escalofríos, náuseas, estreñimiento? —nos preguntó.

—No—respondí.

—¿La flor roja abrió sus pétalos?—preguntó 

—¡no! —Mei dijo rápidamente—. ¿Tal vez?

Golpeé mi mano en mi cara, ¿por qué diría eso? 

—Tranquilas, les traeré lo que necesitan, Jin, Jin, ¡Llegó el momento!

Mei trató de pasar por la pequeña ventana del baño.

—Ya voy a entrar —Mamá dijo.

Rápidamente agarré a Mei Mei y la llevé a la ducha para esconderme. Entonces mamá entró irrumpiendo.

—Todo va a estar bien —dijo 

—No es cierto, ¡porque no te largas! —Mei gritó.

Escuché un jadeo—. No se porque lo dije! ¡Soy un horrible  asqueroso monstruo rojo —comenzó, pero la interrumpí cubriendo su boca.

Mamá empezó a nombrar todas las cosas que trajo.

—Tal vez quieran que les explique todo lo que está pasando.

—¡No! Es decir, no, estoy bien—. Mei dijo

Después de eso, mamá continúa hablando —Son una mujer fuerte ahora y su cuerpo está empezando a cambiar —dijo y empezó a abrir las cortinas.

La alarma contra incendios se disparó, mamá se alarmó y corrió a la cocina.

Mei y yo volvimos a nuestra habitación, Me senté en el suelo y suspiré, volví a mi estado normal. Me miré al espejo y mi cabello era de un naranja brillante.

—Mei, solo necesitas estar tranquila—dije, asintió y cepilló su pelaje con dos cepillos.

Pronto volvió a su estado normal, se sentó en su cama y se distrajo por unos segundos.

—Bueno… T/n, ahora tenemos que ir a la escuela.

Nos pusimos un gorro y fuimos en auto a la escuela.

—No se preocupen, les prometo que no van a notar nada, empaqué su almuerzo, les puse algo extra bocadillos y el té ayudará a-

—¡Está bien, gracias! —dije y saqué a Mei del auto, miramos hacia atrás y vimos a mamá. frunciendo el ceño.

Levantamos lentamente los pulgares. Y entramos a la escuela. Caminamos hasta que vimos a nuestras amigas.

Turning red |Miriam x F!Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora