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Se podría decir que estaba feliz, que todo había vuelto a la normalidad, cosa que convencía al psíquico de que solo fue una etapa que cualquier pareja tenía, que cualquier pareja pasaba. Estaba siendo demasiado ingenuo y no se daba cuenta.
Esa situación iba a empeorar si no la detenía, si no paraba los malos tratos y se iba, pero Kusuo no se quería ir, no lo quería dejar solo, en especial por lo que se entero de su madre, quería apoyarlo.
Habían veces en las que el peli-morado se levantaba de mal humor y se las agarraba con él, diciéndole algunos insultos y quejándose de que el peli-rosa era un inútil. Pero lo ignoraba, se decía que era su culpa por entrometerse en su camino.
Solamente ignoraba lo que sucedía con ellos, con su relación, ignoraba el hecho de que podrían empeorar.
Pero parecía que no le importaba demasiado. Sólo quería estar con él.
—Buenos días —. Saluda con un tono meloso el mismísimo Toritsuka entrando a la cocina y abrazándolo, eso ocasionó que una sonrisa se escapará de los labios del otro muchacho, el cual puso sus manos encima de las del contrario.
El peli-rosa adoraba esos tratos, los tratos tan cariñosos que lo hacían olvidar de esos problemas que últimamente tenía. Lo amaba y le gustaba verlo.
Hace unos minutos andaba preparando el desayuno, aunque para el peli-morado, ya que la mayoría de las veces este no lo dejaba comer, aunque lo decía que era por su bien, por lo que le hacía caso por más hambre que tenga.
Se repetía una y otra vez que solo era por eso, por más que la voz razonable de su cabeza le diga que no es así y debería dejarlo, él no quería hacerle caso, él quería estar con Reita, tenia miedo de dejarlo solo, después este le dijo que sin él estaría solo y sin nadie, por eso no quería perder al Toritsuka.
Se alejo y dejo que el contrario comiera lo que hizo, después de todo él no podía, se lo repetía una y otra vez hasta poder creérselo, realmente no quería pensar en otra cosa más que eso.
Aunque, ahora estaban en silencio, Reita miraba su celular detenidamente y Kusuo miraba al suelo, observando sus píes mientras una sonrisa se escapaba de sus labios, pensando en que estaban yendo completamente bien.
Miro al suelo aún demasiado pensativo, estaba feliz de alguna manera, no sabía muy bien como describirlo pero, era lindo pensar que ahora Reita estaba tratándolo mejor de lo que antes lo trataba y le hablaba. Parecía que eso realmente había sido una simple etapa que ya pasaría.
Aunque bueno, lastimosamente no era así, y el único que no quería saber de eso era él, Kusuo, no admitía que iban a ir de mal en peor, de que en cualquier momento, la actitud de Reita podía cambiar. No importa que ahora esté siendo increíblemente amable y considerado con él, el Toritsuka era capaz de volver a tratarlo mal, de insultarlo y decirle un montón de cosas que claramente le dolerá, pero no, no lo quería admitir, se decía a si mismo que ahora todo estaba bien y que no volverían como antes, que esta vez en serio mejorarían.
