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Nico toma rumbo hacia el lugar donde entrenan, ese sería el lugar de inicio. Ferran se tapa la cara. Quería a Eric.

Nico estaciona luego de un ratito.

—Bueno chicos, a empezar la búsqueda. —Se bajan todos del auto y empiezan a caminar.

Ferran empieza a buscarlo. Nico sigue caminando, mirando por todos lados.

—¡Eric! ¿Dónde estás? —Nico siguió caminando de la mano con Gavi quien también buscaba.

—¡Eric! —Gavi lo sigue llamando.

—¡Mi amor! ¡Por favor, no es gracioso esto! —grita Ferran.

—¡Eric, no es gracioso! —grita Nico.

—Buscate otra forma de escapar de lo que te pasa, García, no es chiste esto —dice Gavi.

—¡Eric, en serio, no podés hacer esto, no da gracia! —casi grita Ferran.

—¡ERIC, DALE! —Nico sigue corriendo más adentro de las calles.

—¡GARCÍA! —Ferran también sigue caminando.

—¡ERIC! Parezco un boludo gritando por la calle borracho, dale —suspira Gavi y sigue a Nico. Ferran suspira y los sigue.

Las horas pasaron rápido, la búsqueda no tuvo un muy buen destino, Eric aún seguía sin aparecer y eso desesperaba a Ferran. Este se tapa la cara.

—¿Dónde estás? —susurra.

Nico lo abraza. Gavi se había dormido en el auto hacía unas horas.

—Estará bien —susurra.

—Soy un pelotudo, si él hubiera sabido por qué yo estaba así no estaría desaparecido —dice Ferran.

—No es tu culpa, él tiene que aprender que no tiene que hacer eso —niega Nico.

Ferran asiente distraídamente.

—Vamos, Ferran, tenés que descansar y yo tengo que llevar a Gavi también. —Nico le pide que suba al auto y se marchan a la casa de Ferran—. Descansá un toque, mañana seguimos buscando.

—No voy a poder dormir —susurra Torres.

—Necesitás hacerlo —dice Nico y lo mira.

—Lo sé —dice Ferran.

—Intentalo y no hagas nada raro —le advierte Nico al verlo bajar.

—¿Qué haría de raro? —pregunta Ferran.

—Por las dudas, siempre quise decir eso. —Nico se ríe y toma rumbo a su casa. Ni bien llega lleva a Gavi a su cama para que siga  durmiendo.

Ferran rueda los ojos y sube a su pieza, y se acuesta en la cama.

—Eric, perdón por todo. En serio te amo mucho, pero no sé si vos me amás... Quería pedirtelo, pero después de verte así me di cuenta de que nunca iba a poder —suspira tapándose la cara—. Perdón, mi amor. Sé que fui un mal novio para vos, no soy suficiente para vos.

No sabe cómo, pero logra dormirse, muy de madrugada.

Malos Entendidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora