Otra vez, otra vez me volví arcilla.
Una bola de arcilla llena de miedo y desorden.
Camino pero no se hacia donde,
Respiro pero no sé por qué,
Hablo pero no le encuentro el sentido,
Mi habitación está hecha un nudo, como yo, no hay mayor espejo que mi propio cuarto, y lo estoy ignorando, me estoy ignorando a mi misma, mis necesidades, lo que quiero, lo que persigo. No quiero verme, y siento que a la casa le falta una pieza y es la mía, y no quiero mirarla, a menos que mi visión este desenfocada.
Siempre termino así cuando el se va, pareciera que el es un motor de vida, el sentido, las palabras, el aliento, la meta. Cuando el está la habitación brilla.
No es cierto.
Cuando el está siento que todo brilla, pero es solo una ilusión, porque mis ojos se quedan atrapados en los suyos, son como una cárcel que me hace creer que todo está bien cuando en realidad no es así.
Eres el dios de las ilusiones Stiven.
