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Momento.

¿Qué hacía Jeongin durmiendo en su cama tan cómodamente?

Dirigió sus pasos hasta él, se encogió para quedar a su lado y observó a detalle ese rostro que tanto le gustaba, piel blanquecina y suave como porcelana, ojos alargados adornados con unas pestañas largas y abundantes, cejas semi pobladas, nariz que simulaba un botón, labios tersos y rosas, sus favoritos. Jeongin debería estar expuesto en un museo porque sin duda era una obra de arte en toda la expresión.

- Hola mi vida - la voz un poco ronca del menor resonó en la poca distancia que había entre ellos.

Hyunjin sintió como todo su interior dio un vuelco sin piedad alguna, ese apodo cariñoso lo llevó hasta puntos inimaginables.

- Jeongin, abre los ojos.

- No, eso significa despertar y vas a desaparecer cuando lo haga.

- No es un sueño - se separó para ponerse de pie junto a la cama.

- Mierda.

Jeongin por fin abrió los ojos sintiéndose avergonzado por lo que recién había dicho, y más aún porque Hyunjin lo encontró en el lugar, ¿qué iba a pensar de él?

- Lo siento - se recompuso sentándose en la cama.

- ¿Qué haces aquí?, podría demandarte por allanamiento - sentenció mientras se cruzaba de brazos y lo veía desde esa altura.

- Hazlo si quieres, como sea este ya no será más tu departamento.

- ¿Cómo sabes eso?

- Me lo dijiste aquel día y le pregunté a la administradora del edificio.

- Como sea sigue siendo mi departamento así que te pido que te retires, pero antes dime qué haces aquí y durmiendo.

- Mantuve limpio este lugar desde el día que te fuiste y me quedé a dormir aquí cada noche.

Esperando por ti.

- ¿Y quieres que te agradezca o que te pague? yo no te pedí nada Jeongin.

- Lo sé, dijiste que ya no querías verme y en mi defensa creí que no vendrías por tus cosas, tal vez mandarías a alguien con Yujin.

- Ella se fue ayer.

- Lo lamento - giró a verlo hacia arriba y por fin sus miradas se encontraron, pero después de segundos dejaron de hacerlo.

- No importa, pero bueno, te pido que te retires de mi departamento y me entregues las llaves, voy a dejarle eso a la administradora mañana que me marche.

Y así lo hizo, se puso de pie, sin decir palabra alguna fue hasta el armario para sacar una pequeña mochila y guardar las cosas que tenía en la habitación, por su parte, Hyunjin examinó cada uno de sus movimientos, vio como recogía cosas que estaban en pares, dos lociones, dos peines, dos antifaces para dormir y así más cosas.

- ¿Qué es todo eso? - la curiosidad desbordaba en el mayor.

- Tenía la esperanza de que volvieras y te quedaras - bajó un poco la voz - a mi lado.

Eso fue un susurro, pero llegó perfectamente a los oídos del alto e hizo que miles de sensaciones se apoderaran de su cuerpo.

- Bien, ahora marchate.

- ¿Podemos hablar por última vez?

- No quiero.

- No creo que después de todo vayas a volver a hablarme en la universidad.

𝗻𝗶 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀, 𝗻𝗶 𝗲𝗻𝗲𝗺𝗶𝗴𝗼𝘀 ❥ hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora