Capítulo tres

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La primera semana de clases fue bien hasta el momento en que la última campanada sonó ese día y Charlie soltó un suspiro de alivio. Recogió sus cosas y las guardó en su mochila mientras salía del salón revisando su celular. Tenía varios mensajes de sus amigos hablando acerca de los entrenamientos de esa tarde. Sara les dijo a Tyler y Stefan que estarían apoyándolos mientras Blair y Jane estuvieran en el gimnasio en las audiciones para las porristas, así que Charlie supuso que aún no se irían a casa y pasarían la tarde con sus amigos. También tenía un nuevo mensaje de Sean, su mejor amigo, diciéndole que, si todo salía bien, estaría en Chicago para la cena.

Genial, espero no olvides mis regalos. Escribió y envió.

No tardó mucho en conseguir una respuesta.

Por supuesto que no.

Te llevo unos jabones y una toalla.

Cortesía de mi hotel.

Charlie soltó una carcajada y escribió una rápida respuesta y guardó el aparato en el bolsillo trasero de su pantalón.

Idiota.

Llega pronto para poder patearte el trasero en la lona.

Se encontró a Sara junto a Paul cuando salió al estacionamiento.

-Sean llega esta noche -les contó.

-Ya era hora -bromeó Paul.

-Realmente se tomó en serio las vacaciones, creí que nunca volvería.

-Bueno, conocen a Sean, le gusta hacerse esperar -dijo Charlie y se encogió de hombros-. Entonces ¿iremos al campo a ver el entrenamiento de los chicos?

-Si, están poniendo a prueba el puesto de quarterback y Stefan está dispuesto a conseguirlo.

Charlie asintió y siguió a la pareja hasta el campo de futbol donde ya se encontraba todo el equipo. Sara les lanzó un grito a Stefan y Tyler quienes alzaron la mirada desde donde calentaban y respondieron con un movimiento de mano.

-Realmente deseo que le quiten el título de quarterback al idiota ese -murmuró Sara con los dientes apretados y señalando con el mentón en dirección a Jacob.

-Sería genial -respondió Paul-, así quizá se le baje un poco el ego.

Charlie negó y sonrió divertido.

-No creo que eso le quite lo idiota -bromeó.

Se sentaron en las gradas y vieron a las porristas aparecer.

-¿No se suponía que estarían en el gimnasio? -preguntó Charlie señalando hacia el grupo de chicas.

Sara miró en esa dirección y se encogió de hombros.

-Eso me dijo Blair -respondió.

Paul soltó una suave risita.

-Entonces... -murmuró- ¿Qué tal las clases? Oí que compartías varias asignaturas con Brenda.

Sara puso los ojos en blanco y golpeó el brazo de su novio.

-Ya no lo molestes -respondió.

Charlie no dijo nada, pero por la sonrisa de Paul supo que no era necesario. Su cara ya había respondido con lo mucho que se había sonrojado.

-Seguiré adelantando la tarea en lo que empiezan -avisó y recogió su mochila para tomar el texto de química.

-Nerd -bufó Paul.

*

Brenda reunió al equipo en el campo de futbol. Envió a las aspirantes a la banca, mientras formaba al resto de chicas para que hicieran la coreografía principal como demostración para las futuras porristas. Observó los movimientos de cada una de sus chicas, haciendo notas mentales de cada una. Sabía que habían vuelto de las vacaciones de verano hace apenas unos días, pero necesitaban estar lo más listas posibles para el partido de la siguiente semana y algunas estaba siendo algo flojas.

Los pasos de Sofía eran muy suaves, como si estuviera aburrida. Le faltaba la fuerza que las demás demostraban en cada movimiento. Tomó nota de hablar con ella muy seriamente.

No era la primera vez que tenía que llamarle la atención. Sofía solía hacer disgustar a Brenda muy seguido y lo hacía apropósito en los momentos en que la entrenadora no estaba presente. Brenda sabía que la razón era que Sofía quería su lugar como capitana, pero ya había soportado lo suficiente el año pasado. Ella no cree que tenga la fuerza de voluntad de tolerar la actitud de Sofía otro año más.

-Bien hecho chicas -celebró Brenda una vez que terminaron el numero-. Tenemos que mejorar algunas cosas para el partido de la próxima semana, pero todas lo hicieron genial.

Brenda notó como Sofía ponía los ojos en blanco, pero no le prestó atención. Les lanzó una sonrisa a todas y luego se giró a las aspirantes.

-Entonces -aplaudió-, iremos al gimnasio ahora y nos demostraran lo que tienen para juzgar si merecen entrar al equipo.

Envió a las chicas por delante de ella y esperó a que fueran de regreso a la escuela. Algunas de las antiguas porristas se habían unido a las aspirantes para darles ánimo y eso le agradó mucho, a diferencia de Sofía que había pasado por delante de las demás sin siquiera mirarlas y siendo seguida por sus dos compinches, Martha y Aurora. Brenda no comprendía cómo alguien tan dulce como Aurora podía aguantar a Sofía.

Sintió un brazo posarse sobre su hombro y giró la cara para encontrar a Maya mirándola con una ceja arqueada. Andrea y Lexa se detuvieron frente a ella con la misma sonrisa.

Brenda frunció el ceño.

-¿Qué?

-¿Ya notaste quien está en las gradas? -le preguntó Maya.

Brenda negó, pero no esperó a una respuesta porque enseguida llevó su mirada al lugar que su amiga había señalado y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

-¿Alguien está emocionada? -se burló Lexa y Brenda se sonrojó.

-Dejen de ser tan molestas.

Maya bufó.

-De verdad que no entiendo como sigues con el imbécil ese -dijo y señaló al campo de futbol.

Brenda miró brevemente a las gradas y luego desplazó su mirada hasta el campo de futbol donde encontró a Jacob haciendo una rabieta porque le habían quitado el balón durante el entrenamiento. Ella suspiró molesta porque sabía que Jacob no lograría obtener nuevamente le título de quarterback y definitivamente sería un idiota después de eso.

-Ni siquiera quiero saber de él hoy -murmuró-. Estoy segura que Stefan ganará y Jacob se pondrá todo fastidioso acerca de cómo él es mejor que todos.

-Ese tipo está bueno -asintió Maya-, lástima que tiene novia.

Brenda negó cuando vio a Jane a unos metros de distancia animando profundamente a su novio. Sintió una mirada sobre ella y encontró a Jacob mirando en su dirección haciendo gestos. Brenda puso los ojos en blanco y se dio la vuelta.

-Aunque la novia también está buena -dijo Maya después de un rato mirando a Jane- ¿creen que les interese un trío alguna vez?

Lexa chilló y le dio un golpe en el brazo mientras la regañaba. Andrea por su parte soltó una carcajada divertida. Brenda solo puso los ojos en blanco, parecía ser su acción predeterminada del día.

-Mejor vayamos al gimnasio, hay que empezar con las pruebas.

-Iré a avisarle a Jane y Blair -dijo Maya.

-No, no lo harás -negó Lexa-. Llévatela de aquí, Andrea, yo iré por las chicas.

-Le quitas la diversión a la vida, Lex.

-Deja de ser una pervertida.

Andrea volvió a reír, pero hizo lo que Lexa le pidió y enredó su brazo con el de Maya para tirar de ella.

Brenda se detuvo por un momento y echó otrorápido vistazo a las gradas, pero esta vez se congeló. Sus pies se detuvieroncon fuerza, haciendo que su cuerpo se tambaleara hacía adelante, su corazón seaceleró y su respiración se atascó en su garganta, porque ahí estaba CharlieLoyer y la miraba fijamente.

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