CAPÍTULO 13

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Me quedé tumbada en la cama por un momento tratando de analizar lo que había sucedido. Helena solía ser muy extraña a veces, y quizás, un tanto posesiva en exageración. Muchas veces solía confundirme a tal grado que me perdía muchas veces. Ahora primero jugaba a exitarme y a tocarme y luego me botaba.

Parecía que quería generar en mí más interés y de cierta forma, obsesión para con ella. Era algo que claramente estaba consiguiendo. Estaba deseando que me tocara y que me hiciera suya las veces que yo quisiera.

Me levanté de la cama y me acomodé la toalla, volviendo a tapar mi cuerpo. Estaba a punto de agacharme para ponerme las sandalias cuando vi que Helena salió del closet vestida con pantalón negro y con una playera del mismo color.

-Ale-me dijo-necesito que me hagas un favor-.

Me levanté de la cama.

-Claro, Helena, dime-respondí.

Me tendió una caja muy blanda, cubierta con un papel dorado y un moño rojo pegado en la esquina superior. Estaba completamente sellado. Sentí como mis ojos se iluminaban ante el brillo de la caja.

-Esto es para ti. Quiero que cuando terminemos de cenar te lo pongas-sonreí. Era muy lindo para mí recibir un regalo-y toma esta otra caja-me tendió una caja más grande, cubierta con papel plata y un moño rojo también-esto es para que te lo pongas ahora que esté la cena. Quiero que este día sea uno muy especial-.

-Helena. Estoy muy emocionada-sonreí. Dejé las cajas sobre la cama y le abracé. Ella me dio un beso en la coronilla.

-Iré a preparar la cena. Por favor, quedate aquí. Yo te llamaré en cuanto esté lista la cena-.

-Helena-la detuve-yo quiero ayudarte en algo-.

Sonrió. Parecía algo cansada.

-No, tú tienes que quedarte aquí. Quiero consentirte, haz esto por mí. Trataré de no tardarme mucho, ¿está bien?-.

Asentí con la cabeza. Realmente a veces me hacían sentir un poco mal el hecho de que ella me malcriara tanto.

Helena salió de la habitación y yo rápidamente me puse a ver lo que ella me había comprado. Decidí aguantarme las ganas de abrir la primera caja que me dió así que de inmediato me puse a ver lo que contenía la segunda caja.

Traté de destaparla con zumo cuidado, pues no quería arruinar la caja la cual brillaba bastante. Cuando logré hacerlo, quité el papel que envolvía el regalo y me encontré con un vestido color vino. El vestido de la pasión.

Era uno con escote en forma de corazón con encaje, y se ceñía al cuerpo. No tenía tirante, por lo que mi pecho estaría completamente descubierto al igual que una parte de mi espalda. Era corto y al parecer me llegaría a mitad de mis piernas. Luego de eso, encontré unos tacones de aguja de un negro reluciente y un labial mate del mismo color del vestido.

Encontré una nota al fondo que rezaba lo siguiente:

Tómate tu tiempo en arreglarte. Espero que el vestido sea de tu agrado al igual que las zapatillas.

H.

-Helena-dije en cuanto leí H-.

Me había comprado un vestido. Era bastante bonito, pero estaba fuera de mi alcance sobre que vestidos usar. Era algo extravagante y muy corto para mi gusto. No acostumbraba a usar vestidos tan pegados pero ya que ella insistían en eso, decidí probarmelo.

Primero apliqué crema en todo mi cuerpo y mi rostro, luego apliqué desodorante y me acomodé el cabello. Quería verme muy linda para ella, pues era lo menos que podía hacer por ella.

GalácticaWhere stories live. Discover now