Capítulo 7

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Soltó un suspiro frustrado, revolvió su cabello y miró al grupo de niños frente a él.

Shinichiro—Así que eso pasó, ¿eh?...—

Take—Yo realmente lamento el haberme entrometido, pero algo me decía que debía hacer algo al respecto u otra cosa mucho peor sucedería— se inclinó en forma de disculpa y explicó con cierta mentira pero a la vez verdad.

Shinichiro—Esta bien, esta bien, gracias por ayudar a qué no pasará algo más pero creo que debes saber que no puedes irte metiendo a casas ajenas como si nada—

Take—Lo sé, ha sido de mala educación de mi parte y lo siento—

Shinichiro—Ya, no te preocupes pequeño— se agachó y revolvió el cabello del Hanagaki mientras  volvía a colocar una sonrisa.

Takemichi le devolvió la sonrisa al mayor, permaneciendo en silencio.

Shinichiro—Ahora, Manjiro—habló, volteando a ver al mencionado— tu y yo vamos a hablar de esto, al igual que con ustedes, Haruchiyo y Senju—

Incómodo, trató de ver hacia otro lado, encontrándose con una linda niña de cabello y ojos miel, quien lo veía fijamente y le hacía señas de que se le acercase.

Curioso, se acercó, haciendo caso a la pequeña y poniéndose frente a ella fijándose que no lo vieran. Al ya estar frente a la pequeña, ladeó la cabeza con confusión y abrió la boca para decir algo, siendo interrumpido por la niña la cuál puso su dedo índice en sus labios e hizo un "shhh", indicando que guardara silencio. Casi al instante, sintió como lo jalaban de la muñeca, guiándolo a quien sabe dónde.

Se alejaron de los mayores y llegaron a un cuarto, él siguiéndolo sin hacer ni una pregunta y, ya estando algo alejados de los demás, la pequeña lo volteó a ver y le sonrió

Emma—Hola, soy Sano Emma, hermana menor de el de cabello y ojos grises con playera blanca y del niño de cabello rubio cenizo igual con ojos grises, ¿cuál es tu nombre?—

Takemichi—(Emma-chan...) uhm... me llamo Hanagaki Takemichi—

Emma—Es un bonito nombre—

Takemichi—Igual el tuyo, je—

Emma—Oww, gracias, igualmente eres alguien muy lindo, pero bueno, no vinimos a hablar de tí—

Takemichi—Entonces... ¿a qué vinimos a tu cuarto?—

Emma—A jugar, tú tranquilo que aquí no hay peligro—

Takemichi—Bueno...—

Shinichiro—¡Emma!—

Un grito fue escuchado por ambos niños, quienes se asustaron al instante y se miraron.

Emma—Ay no—

Takemichi—Seguro si me ve aquí nos va a regañar, ¿qué hacemos?— preguntó de forma impaciente y nerviosa.

Emma—Tengo una idea, mira, sólo métete a mi armario, ahí no te encontrará—

El azabache, por el momento, hizo inmediato caso a lo que le decía la peli-miel.

La puerta se abrió y el mismo joven pelinegro y de ojos del mismo color entró con una expresión enfadada, miró fijamente a la pequeña rubia que le devolvía la mirada fija pero nerviosa, miró su alrededor y, sin decir ni una palabra, se acercó a la niña y se agachó a su altura, quitando su gesto fruncido y mirada ciertamente enojada.

Shinichiro—Emma, ¿qué estás haciendo aquí?, hace unos minutos estabas en la sala—

Emma—Ahm... bueno... yo... me aburrí jaja, por eso quise venir a jugar con mis peluches—

Shinichiro—Ya entiendo, ¿has visto a el niño que estaba allá?—

Emma—Ugh... noup, no lo he visto— contestó con voz temblorosa y dió una sonrisa nerviosa mientras desviaba la mirada.

Shinichiro—Mhmm... ¿y a qué estás jugando?—

Emma—A tomar el té—

Shinichiro—Ok, saldremos en un rato al parque, así que pensé que podrías ponerte el vestido que te compré—

Emma—Sí, claro, sería grandiosa idea jaja—

Shinichiro—Hablando de eso, ¿si está limpio?, creo que sería mejor revisar—

Se levantó y se acercó a él armario de Emma, poniendo más nerviosa a ésta misma y haciendo que se pusiera enfrente de él, cubriendo su armario con sus brazos e impidiéndole al mayor abrirlo.

Emma—No te molestes, de eso me puedo encargar yo—

Shinichiro—Emma—

Emma—Eso lo veo yo jaja—

El azabache soltó un suspiro, se volteó y caminó hacia la puerta de la habitación, antes de salir miró a su hermana y le habló.

Shinichiro—No puedes estar escondiendo extraños, Emma, e igual si lo vas a hacer intenta mejorar, ví una mínima parte de su capa—

La menor al oír las palabras de su hermano mayor quedó en blanco, ¿en serio lo había visto?, bueno, a la próxima lo hará mejor.

En cuanto el joven pelinegro salió de la habitación la pequeña rubia cerró la puerta y le dijo al Hanagaki que saliera.

Emma—Oye, ¿vives lejos?—

Takemichi—Uhm... no...—

Emma—¡Entonces podemos encontrarnos en el parque cuando queramos jugar!, o tal vez irnos a la casa de algunos de los dos...—

Takemichi—Cualquiera me parece buena— dijo con una sonrisa.

Emma—Genial, por ahora, ¿qué quieres que hagamos?—

Takemichi—Ahm... la verdad no lo sé—

Emma—Mmmm— se puso a pensar, siendo Takemichi quien le siguiera.

Takemichi—Quizás podamos jugar a las escondidas o a las atrapadas...—

Emma—¡Buena idea, vamos!— habló entusiasmada mientras buscaban los escondites y se organizaban para empezar a jugar.


Ambos niños jugaron por un buen rato, ingeniándoselas para no aburrirse y conociéndose poco a poco más.

Nυɳƈα ɳσʂ ʂҽραɾαɾáɳ, ɱι σɱҽɠαDonde viven las historias. Descúbrelo ahora