Capítulo 37

1K 97 47
                                    

NATHANIEL

Miro en la habitación, pero no está allí. Jude parece haberse evaporado de la casa, pues no puedo encontrarlo. La pelea ha sido horrible, y probablemente debería haberme quedado a hablar con Mackenzie, pero no pude.

Ahora mismo, tenía que hablar con mi hermano.

Reviso los baños, hasta la habitación de mis padres. No está por ninguna parte, y durante un segundo, temo que se haya ido de la casa. Entonces recuerdo el viejo altillo donde jugábamos, donde Jude se escondía cuando nuestros padres se enfadaban con nosotros, o cuando simplemente se quería aislar de todos por un momento.

Hace mucho tiempo que no subo, y hasta temo no caber. Las escaleras son cortas y pequeñas, el lugar está pensado para niños, por lo que tardo un momento en llegar arriba. Me sostengo con firmeza del barandal, y asomo la cabeza por la entrada.

Mi hermano está allí, sentado en un viejo colchón, mirando nuestros juguetes de cuando éramos niños. Tenía las rodillas pegadas al pecho, y no le veía el rostro, pero podría jurar que estaba llorando.

— Jude...— lo llamo.

— Vete, déjame solo.— suelta furioso.

— No voy a irme.— decreto y termino de subir, quedando a su altura.— Quiero que hables conmigo.

— No pienso hablar contigo, Nathaniel.

Su tono es áspero, y está cargado de furia. Respiro profundo, y me siento en el altillo. Probablemente me llenaría de tierra, pero no me importaba.

— Solíamos hablar de todo, Jude.— continúo y me acerco un poco a él.

— Si, tu lo dijiste: solíamos. — me responde en voz baja.

Aquel eterno reclamo sobre la universidad. Creía que lo había dejado ir, pero allí estaba cada vez que nos peleábamos.

— Las cosas han cambiado, Jude. Se que es difícil, pero sigo siendo tu hermano mayor.— me siento junto a él, a unos centímetros de distancia.— Siempre seré tu hermano mayor.

Se queda en silencio durante un momento. No me atrevo a tocarlo, o abrazarlo, porque temo que enfurezca por ello. Así que me quedó allí, hasta que por fin decide hablar.

— Te fuiste.— comienza diciendo.

— Lo sé.

— Te fuiste a miles de kilómetros, y me dejaste.— responde en voz baja.— No llamabas, ni venías. Te fuiste, y luego volviste como si nada.

Frunzo el ceño:— Jude, yo...

— Podrías haberte quedado, pero te fuiste.— me interrumpe.— Entraste en Yale, que queda a menos de treinta minutos de casa, pero decidiste irte a Washington... ¿Por qué?

Porque soy un cobarde.

No podía explicarle la verdadera razón por la que había huido. Si, la presión que sentía por la universidad no ayudaba pero no era la causa de mi escapada. No podía hacer que Jude cargara con el secreto de Carol y papá, sobre todo, porque no lo creía capaz de guardarlo.

— Quería... hacer mi vida.— contesto con vergüenza.— Me sentía muy presionado, con todo el asunto de la universidad, la abogacía, y papá. Tú sabes cuanto le importaba todo eso.

— Así que cuando las cosas se pusieron difíciles, tu solución fue irte.

Levanta la cabeza de entre sus piernas, y me mira fijamente. Sus ojos verdes se ven cristalinos a causa del llanto, y sus facciones están retraídas.

Amor en Instantáneo (SIEMPRE #1)Where stories live. Discover now