― ¿Sus ojos? ―.
― Si. Todo cambió desde que los vi ―.
Quién diría que esas miradas evolucionarían a algo que nunca había sentido antes. Un sentimiento nuevo si...
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Una vez más las vacaciones habían acabado. Las clases estaban a punto de empezar. Millones de nuevas anécdotas y memorias se habían ido coleccionando a lo largo de los últimos meses, deseando ser compartidas.
En realidad, no era para tanto. O eso era lo que pensaba ella. Estar más de la mitad del verano viendo la televisión no era algo muy interesante. Salvo cuando pudo ir al festival de verano de su ciudad, nada era de gran interés.
― Knock Knock ― sonó una voz. ChangBin, su mellizo, entró en su habitación, interrumpiendo sus pensamientos ― ¿Has visto mi corbata del uniforme? No la encuentro.
― ¿Has buscado debajo de tu cama? Hay de todo, seguro que esta ahí ― le contestó ella. Siempre tan desordenado, pensó mientras su mellizo se iba.
Luego miró a su alrededor. Una pila de ropa en una esquina de la habitación al lado de su cesto correspondiente, el cual se encontraba vacío. Zapatos esparcidos por todo el suelo. En su escritorio, papeles con dibujos, libros mal colocados , lápices y pinceles fuera de su estuche y su mochila con todos sus cuadernos en su silla.
Suspiró. Luego la puerta se abrió mostrando a su perrita, quién meneaba la cola contenta, entrando a su desastroso cuarto.
― Ay ay. Aún no me creo que mañana empiecen las clases ― dijo mientras le acariciaba la cabeza ― Siempre se puede empezar bien con una habitación ordenada ¿No es así?
Volvió a contemplar su hermosa habitación, cada vez empezando a estar más adormilada.
― Pues este no va a ser de esos casos, siempre es mejor dormir ― dijo bostezando, metiéndose en su cama y apagando la luz.
Los rayos del sol que se filtraban en su ventana le hicieron abrir los ojos poco a poco. Tras acostumbrarse a la luz fue acomodándose en la cama hasta quedar con la espalda en la pared.
Cogió su móvil para hacer la típica revisión de mensajes pero este casi se le cae de la sorpresa que se llevó. ERAN LAS 7:45, el autobús que cogía salía en 20 minutos Y NO ESTABA LISTA. Y dudaba que ChangBin también lo estuviera.
― Me espera un largo día ― dijo para correr hacia la habitación de su hermano, el cual dormía tranquilamente, no por mucho ― CHANGBIN DESPIERTA.
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Que ganas tenía de empezar con esta historia. Los capítulos probablemente serán cortos, aviso.
Dato curioso: Esta historia está mas o menos basada en mis experiencias con este tema de enamorarse, ya que tengo un caso muy similar al de esta historia (ya lo sé, ya lo sé, es raro. Pero inspira más de lo que esperaba)
