Una hermosa mujer de unos 23 años, caminaba tranquilamente por las calles de a quel pueblo fantasma al cual llego hace unos días, la mujer le encantaba viejar y descubrir nuevas culturas y camidas.
Ella iba tan distraída que no se dio cuenta qué chocó con un hombre de unos 29 o más, la mujer alzo la vista para ver, que el hombre era pelinegro de ojos marrones, y portada el uniforme de policía.
--Esta señorita?-- pregunto en un todo preocupado y una sonrisa tímida.
-- Estoy bien-- dijo ella dandole una sonrisa cálida-- Soy Laura Hale-- se presenta entendido su mano.
-- Encanto, yo soy Charlie Swan-- dijo tomado la mano de la loba, para darle un beso con delicadeza.
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Los dos se quedaron mirando a los ojos, cada uno perdido en ellos, Charlie perdido en esos ojos azules como un hermoso cielo, mientras que Laura miraba esos ojos marrones tan parecidos al chocolate.
Se despidoron con la promesa de volverse a ver, pero eso no evitaba que a Laura le llegara pequeños detalles, como flores, cartas, y bombones de chocolate.
Los días pararon, y Laura y Charlie, se encontraban en el restaurante favorito del oficial, Charlie le conto que su ex esposa se llevo a su hija de un año, y solo la podra ver en las vacaciones, Laura lo animo dicendo que no importaba, que Bella siempre lo va a querer.
--La mejor parte es, cuando logre pescar el salmón, era muy grande, tan grande quehizo que me callera del bote-- conto Charlie entre risas, al igual que Laura.
-- Me lo imaginé!-- dijo riendo con ganas la loba.
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La pareja seguía riendo, entre bromas, y los chistes malos de Charlie, los dos tenian un brillo en los ojos que hace mucho no tenían, todos los que lo vieran podrían sentir el gran amor qie sentían uno por el otro.
