Enamorado

1.7K 50 29
                                    

Ninguno sabía cómo habían llegado a esta situación, Douma, un rubio atractivo de últimos años de preparatoria arriba de una forma íntima en su "amigo" Akaza, un pelirosa de su misma edad...
.
.
.
.
.
.
.

Todo inició temprano al inicio de clases. Douma desde hace unas semanas había estado desconcentrado, suspiraba, estaba más feliz que de costumbre, mostraba todas las señas de estar enamorado, al grado de no molestar tan seguido a Akaza cosa que le agradaba mas empezaba a preocuparle al pelirosa.

Imbécil, la clase terminó hace media hora, ya es tarde -Akaza golpeó la cabeza del rubio ganándose su atención-

Akaza-dono -sonrió en dirección al pelirosa como de costumbre, agarró sus cosas y lo siguió a la siguiente clase-


Todas las clases sucedió lo mismo, así que al finalizar el día Akaza volvió a hacer reaccionar a Douma para irse. El de ojos ámbar le había dado la espalda con la intención de irse siendo detenido por el de ojos arcoíris.

Akaza volteó encontrando al contrario con una mirada seria, era raro verlo así, no eran amigos de toda la vida, algunas veces peleaban sin razón alguna. Douma siempre se presentaba sarcástico y sonriente, nunca desaprovechaba la oportunidad de molestar a Akaza, pero serio era diferente, era intimidante mas Akaza era orgulloso y terco algunas veces, sin reacción alguna esperó una respuesta, pregunta o lo que fuera hacerle Douma con algo de paciencia.

Necesito que me ayudes -dijo Douma volviendo a sonreír ganándose una mirada de confusión por parte del más bajo-

Qué mier-

Fue lo último que pudo proclamar Akaza antes de ser arrastrado al piso por Douma y que empezara a contarle sobre sus sentimientos por "alguien" y que quería practicar con él sus confesiones y lo que le haría a aquella persona.

Y eso qué mierda tiene que ver conmigo? -dijo sonrojado entre molesto, confundido y avergonzado-

Eres una buena persona que no se rehusará  a ayudarme -sonrió ganándose un golpe por el contrario-

Jódete -Akaza salió del salón y se dirigió a la habitación que compartía para su desgracia con aquel enamorado que lo perseguía suplicante-

Al llegar le cerró la puerta en la cara, Douma entró e hizo su última súplica

Te ayudaré y dejaré de molestarte tan seguido-decía con un aire sincero convenciendo así a Akaza-

Genial, en qué necesitas ayuda?- preguntó sonriendo burlón-

Besarte - dijo con algo de seriedad-

Imbécil -se sonrojó un poco- cómo no vas a saber besar? -fingía seguridad para ocultar sus nervios, estaba sorprendido-

Sí sé, quiero que me digas cómo lo hago -se acomodó cerca de Akaza haciéndolo retroceder un poco-

Que sea rápido -suspiró pesadamente y cerro los ojos. No podía negar que sentía algún tipo de atracción por el rubio -

Douma se reía en silencio, no pensaba que aceptaría así nomás, en realidad estaba enamorado de aquel de cabellera rosa, él era el responsable de sus suspiros y cuestionamientos sobre su orientación sexual, desde la primera vez que lo vio sintió una punzada en el pecho que de no haber estar sentado en su escritorio su erección hubiera sido tema de plática todo el año.

Era hermoso, tenía un cuerpo bien trabajado, era de los mejores de la clase y era respetuoso con las damas, aún así su actitud algunas veces daba de qué hablar y por extraños motivos siempre se encontraba en dirección o cumpliendo alguna sanción. Douma había negado sus sentimientos hacia él hasta que lo escuchó reír, joder, su sonrisa fue lo mejor que pudo apreciar o eso pensaba hasta que lo vio dormir. Siempre pensó que akaza lo odiaba, prefería evitarlo cuando en una pelea se dio cuenta de que no podría vencerlo, al principio no le dio importancia pero cuando descubrió sus sentimientos hacia él empezaba a molestarle.

De algún modo se las había arreglado para hacerse más cercano a su amado y por eso ahora se encontraban en esta situación.

Tomó al contrario por la cintura y nuca para acercarlo y besarle. Luego se separaron y Akaza inmediatamente apartó la mirada, mierda, le había gustado.

Cómo lo hice? -le sonrió mirándolo-

No recibió una respuesta, sin embargo sintió peso en sus piernas, abrió los ojos encontrándose con la mirada sonrojada de Akaza el cual se encontraba sobre él. Se acercó a su rostro y lo besó aferrándose al cuello de Douma.

Soy irresistible, lo sé -dijo con burla Douma al separarse del beso de Akaza-

Púdrete - Akaza acomodó sus prendas y se levantó- ya sabes qué hacerle a quien te trae más idiota de lo usual-

Douma volvió a sentar a Akaza sobre él pegándose a él con fuerza

Puedo? -preguntó contento-

Sí, ahora suéltame maldito -forcejeaba un poco intentando alejarse hasta que Douma lo volvió a besar atrapándolo nuevamente en esa sensación tan embriagante y placentera de algunos momentos antes, correspondiendo así casi al instante-

Pequeños jadeos y suspiros escapaban de la boca del pelirosa despertando poco a poco la masculinidad del rubio al igual que la suya, los roces entre ambas partes no era de mucha ayuda para evitarlo. Pequeños gemidos que hacían sonreír a Douma y avergonzarse a Akaza fueron llenando la habitación. Nunca había experimentado algo así, y lo que sólo fueron toques leves se convirtieron en mordidas, chupetones, caricias llenas de lujuria que hacían temblar al más bajo. En poco tiempo Douma conoció todos los puntos débiles de su amado.


M-mierda era hacérselo a quien te gusta, no a mí imbécil - decía sonrojado mientras intentaba no gemir y no ver cómo el rubio lo preparaba antes de cogérselo -

Cierto, me gustas  -dijo dejando en shock al de abajo antes de proseguir con su declaración y demostración de amor-











"Me gustas" esas palabras eran las causantes que ahora le resultara difícil  a Akaza concentrarse mientras que Douma disfrutaba sonrojarlo en cada oportunidad que se le presentara.











One Shorts Douaka  Where stories live. Discover now