El club

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Delitos, era lo único que traía dinero a esa "familia".

Los "demonios" son conocidos por gran parte de las personas de ese estado como la mafia más grande del lugar. No se sabía nada más de quienes lo componían.

Por otro lado Akaza se encontraba en una reunión, una reunión de "lunas superiores", mejor dicho, los mejores trabajadores de aquella "empresa". Cada uno conseguía su dinero por diferentes métodos, el pelirosa lo conseguía gracias a un club donde contrata mujeres hermosas que tienen una situación difícil para complacer a quienes lo quisieran.

Akaza se rehusa totalmente a herir a mujeres y niños, en cambio su compañero y frecuente "acosador" Douma se aprovecha de las mujeres para conseguir sus ganancias, es decir, las secuestraba y vendía.

Muzan o "aquel hombre" recomendó a Douma y Akaza para que se aliaran y creciera el negocio. Puesto que el club el cual atendido por akaza iniciaba a disminuir ganancias gracias al maldito de Douma que había abierto un prostíbulo justo al lado del club.

Pero mi señor no- -Un golpe seco en la cabeza de Akaza fue brindado por Muzan-

¿Te di el permiso de hablar?-lo miraba amenazante mientras la sangre iniciaba a escurrir por la cabeza del golpeado y esperaba una respuesta.-

No mi señor -inmediatamente volvió a guardar silencio mientras seguía mirando el suelo-

Al terminar la reunión todas las lunas iniciaron a retirarse, Douma se acercó a Akaza y lo abrazó por la espalda.

Akaza-dono -dijo sonriente-  esa herida parece grave, te ayudaré a tratarla -dijo burlonamente-

Muérete -Akaza le otorgó un fuerte cabezazo a la barbilla del rubio alejándolo un poco-

Douma volvió a agarrarlo nuevamente por los hombros intentando llamar la atención de su compañero. Akaza respiró profundo e inició a ignorando caminando hacia la salida.

Akaza-dono estarás en la quiebra si no nos aliamos, déjame ayudarte -sonreía-

Púdrete - siguió caminando-  se me hace tarde. -quiso darle un golpe para que se alejara mas su puño fue detenido y ahora era apretado por el contrario lastimándolo ligeramente-

-Douma se inclinó cerca del oído del más bajo y dijo seriamente- Me vale una mierda lo que pase con tu estúpido negocio, lo único que conseguirás estando de terco será que él te regañe y termines siendo una de mis perras baratas.

Akaza temblaba internamente y rogaba por no estarlo haciendo por fuera. Douma pasó sus manos por la cintura de Akaza acariciando bajo su ropa haciéndolo temblar aún más.

Suéltame -dijo casi susurrando-

Douma lo tomó de la barbilla y lo obligó a verlo, luego lo besó. Al no ser correspondido mordió el labio de Akaza haciéndolo sangrar cortando el beso.

Con furia akaza se dispuso a golpear a aquel imbécil, él sabía que era incapaz de superarlo, mas sus emociones no le permitieron razonar y se abalanzó sobre el rubio llenando su cuerpo de golpes.

¿Quieres otro beso? -tomó al pelirosa por el cuello y éste al quedarse sin aire dejó de propinar golpes. Douma volvió a besarlo y Akaza correspondió ganándose una reacción de sorpresa, curiosidad y un poco de risa por el rubio que poco después se convertiría en una expresión total de lujuria-

Douma no sé había percatado de la expresión de placer en el rostro de Akaza. Tampoco de su erección, mejor dicho, ambas erecciones.

Akaza respiró y alejó la mano de Douma de su cuello totalmente sonrojado. Se levantó con rapidez, sobó su cuello y se fue.

Ya era de noche, su club había abierto desde hace horas, para ayudar a las ganancias él mismo había hecho toda una función y otros servicios. Todo marchaba bien hasta que Douma llegó.

Pasó por toda multitud que rodeaba a Akaza, tomó al pelirosa de la cintura y se lo llevó a uno de las habitaciones del lugar, el pelirosa apestaba a alcohol.

-¿Te unirás a mí?- El brazo del rubio los mantenía cerca, la mano libre tenía por tarea tocar el culo del más bajo.

-Está bien- Se apartó con brusquedad y algo de torpeza.

Akaza estaba por abrir la puerta pero varios billetes se colaron en sus prendas obligándolo a voltear. Sus ojos primeramente se fijaron en el gran bulto en los pantalones de Douma, luego en su sonrisa.

-Ya estamos aquí no te costará nada- Lo miró sonriente.

-¿Qué mierda necesitas?- Escupió irritado.

-Mámamela- Jaló a Akaza del pelo tírandolo en el suelo cerca de su erección.

Cierto ¿Para qué negarse? Akaza hubiera golpeado al rubio de no ser que estaba bajo los efectos del alcohol.

No pensó mucho en sus acciones y de un momento a otro se encontraba masturbando y lamiendo la masculinidad de su compañero.

Douma no pudo resistirse a soltar varios roncos gemidos. Tiempo después se corrió en la boca de Akaza y en gran parte de su rostro. El pelirosa dejó varios besos en el pene del rubio limpiándolo casi por completo.



Pasaron los días y el club y el prostíbulo eran sólo un establecimiento, Akaza era la mayor atracción del lugar, sus bailes hipnotizaban a cualquiera que lo mirara, sin embargo era él el único que no era prostituido ya que Douma siempre lo tenía a su lado, ¿por qué? Porque iniciaron a tener una relación más cercana.

Era una noche como cualquier otra, lo único inusual era que Akaza no se encontraba por ningún lado. Douma lo buscaba por todos lados, quería informarle que un oficial había entrado para investigar a "los demonios" y lo estaba logrando, debían matarlo. Llegó a la habitación más alejada del bar. Ahí se encontró con Akaza el cual golpeaba violentamente a otro chico, el pelirosa ya sabía de qué se trataba.

-Siempre bello- Douma sonrió y se acercó a su compañero besando su cuello.

-Lo sé- mordió el cuello de Douma y le pidió que escondiera el cuerpo mientras él trabajaba.

Pasaron las horas y casi era hora de cerrar, Akaza descansaba al lado del tubo hasta que dichoso rubio enmascarado llegar y se sentó esperando el show.

Akaza sólo pudo reírse e iniciar a bailarle encima, manosearlo, besarlo y decirle frases subidas de tono. No había nadie y si lo hubiera los demás pensarían que es un cliente como cualquier otro.

La temperatura subía en ambos muchachos, Douma arrastró a Akaza a su oficina.

Ellos fueron los últimos en salir esa noche.




-Veo que se llevan mejor- Dijo Muzan al siguiente día refiriéndose al rubio y al pelirosa los cuales no se habían dirigido mi un insulto ni un golpe en la recién finalizada reunión.

Douma le sonrió y Akaza miró a otro sitio con un gesto de enfado y sonrojo.

One Shorts Douaka  Where stories live. Discover now