CORONA DE LÁGRIMAS 2.2

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El turno para que los Chavero-Hernández salieran a escena había llegado, muy a pesar de la hermosa pelinegra quién se sentía fuera de sí, estaba terriblemente nerviosa, temía desfallecer en cualquier momento. Y es que el solo imaginar el dolor que César estaba experimentando le desgarraba el alma, sí lo sabría ella que lo vivió en carne propia cuando tuvo que enfrentar la presencia de Vivian en la presentación de Las Amazonas.

Flashback

—¡Aaaaahhhhh!—, el grito que se escuchó en el camerino atrajo la atención de la mujer que en ese momento transitaba por el pasillo.

¡Guaricandilla!—, llamó entrando sin tocar. ¿Estás bien?

Sí... sí... le respondió mirándola a través del espejo.

No me mientas Victoria—, habló pausadamente mientras se acercaba aún más a ella. Te conozco. Y aunque te veas divina con esa blusa roja y el maquillaje te haga lucir radiante, es obvio que no estás bien. ¿Es por ella, verdad?—, preguntó con cautela.

¿La viste?

Sí, me tope con ella cuando llegaba junto con Marco.

¡Me duele Maribel!—, susurró sintiendo su garganta cerrarse. ¡Sé que no tengo derecho a sentirme así, pero no puedo evitarlo!

¡Lo sé Victoria!—, añadió compasiva.

No puedo evitar sentirme celosa cada vez que la sé cerca de él. Quisiera tener la potestad para prohibirles el ingreso al evento, pero sé que no puedo, que por más que me retuerza de los celos es ella la señora, es ella quién figura en su vida, mientras que yo... calló porque el llanto fluyó en ella.

No sé que decirte amiga.

Es que no hay nada qué decir guaricandilla, nada. El simple hecho de que estés aquí, escuchándome sin juzgarme significa mucho para mí—, agradeció sincera.

¡No te agobies Victoria! Piensa que el evento solo durará un rato, luego de eso ella se irá, y el elenco se quedará celebrando. Y tú y el cubano podrán escaparse como siempre lo hacen. Estoy segura que para él tampoco es fácil esta situación. Debe sentirse muy presionado.

Tienes razón, tal vez Chava haya organizado algo más privado.

Y recuerda que aún les quedan algunas semanas de grabaciones y unas cuantas idas a locación—, agregó en un tono travieso.

¡Gracias amiga!—, respondió con una sonrisa radiante. ¡Gracias por siempre estar!

Y tal como su amiga le aconsejó ella trató de no agobiarse, más bien, salió radiante a escena cuando le tocó su entrada, le brindó una sonrisa amorosa a César cuando lo tuvo frente a ella, y esa sonrisa se ensanchó aún más cuando sus frentes se unieron y sus manos se enlazaron. 

César soltó un suspiro cargado de mucho amor, mientras la atraía más hacia él colocando sus manos en su cintura.



César soltó un suspiro cargado de mucho amor, mientras la atraía más hacia él colocando sus manos en su cintura

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