VIII

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Severus y Blix llegaron mediante aparición a un pueblo que se encontraba a 40 kilómetros de Londres, el nombre de este pequeño pueblo donde habitaban solamente 25 mil habitantes era Hertford, un pueblo bastante acogedor, si bien era casi en su totalidad un pueblo muggle, los dos visitantes sabían que el castillo que se ubicaba en la sima de la colina y el cual a la vista de cualquiera estaba destrozado, era el ingreso para toda persona perteneciente al mundo mágico, Severus y Blix caminaron por las calles llenas de adoquines mientras se cruzaban con varios niños jugando en bicicleta y a la pelota, y estos miraban por unos segundos a los visitantes con interés para luego volver a sus actividades; ambos hombres notaron que no había coches en ese lugar, lo cual les pareció raro ya que los muggles en lo único que se movían en su mayoría era en coche, varios metros más adelante notaron que había un cartel con la advertencia de que estaba prohibido ingresar con un coche, en ese momento entendieron la pregunta silenciosa que había estado rondando por sus cabezas, siguieron caminando por el largo sendero de tierra. Cinco minutos después lograron cruzar las salas de protecciones que indicaban que habían ingresado nuevos visitantes al lugar, caminaron vario metros más y lograron llegar a la puerta del castillo, la cual estaba custodiada por dos hombres con máscaras de Mortifagos, al reconocerlos los dejaron pasar, ninguno de los dos hombres sabían dónde se estaban metiendo, pero al parecer el lado oscuro era quien manejaba ese pueblo bajo en las afueras de Londres, y por lo que sabían el condado de Hertfordshire tenía su propio gobierno, eso es lo que le daba más sentido a que el ministerio no quisiese ingresar allí, porque sabían que era un lugar impenetrable y de hacerlo tenían todas las de perder. Al ingresar se encontraron con que dentro del castillo era todo demasiado sombrío, muy oscuro y sucio -"hace falta una buena limpieza"- pensó Severus, en cambio Blix, quien tenía más años que Severus en el mundo de la oscuridad miraba todo con interés, no le importaba la suciedad de lugar; ambos hombres notaron la cantidad de magia negra que había en el aire siguieron caminando por el largo vestíbulo, se cruzaron con más Mortifagos de los que sus manos podían contar, lo cual les sorprendió, pero estaban más que seguros que la gran mayoría de Mortifagos refugiados allí eran a los que estaba buscando el ministerio y que sabiendo donde estaban, pues seguramente era de gran conocimiento que los Mortifagos se escondían allí, no se atrevían a buscarlos porque temían tener las de perder, una vez encontrado la puerta trasera salieron por allí y vieron varios departamentos con números, seguro que esos eran más que departamentos, pues los sangre pura solamente drogados vivirían en una pocilga, el número que debían buscar era el 127, asique caminaron al menos un buen rato más, ni siquiera sabían a quién iban a encontrar detrás de esa puerta, ellos solo estaban haciendo lo que el Lord les había mandado a hacer, como la mayor parte de su vida.

Severus caminaba bastante apresurado, pues quería regresar con su pequeño compañero lo antes posible sabiendo aun que su padre no era un inepto y que el menor estaría muy bien con él, pero los sentidos protectores de Severus no lo dejaban razonar con todo su cerebro, Blix por el contrario sabía perfectamente porque el Vampiro estaba caminando tan apurado y prácticamente lo arrastraba por todos esos departamentos, le causaba bastante gracia y más tarde le compartiría el recuerdo a Lord Lestrange, se reirían un rato y molestarían al pelinegro con la sobreprotección que tenía con su sumiso, pues era de conocimiento general las prácticas sexuales que llevaban esos dos, y no es que los molestase, pero no estaba de más saber cierta información para cuando fuese necesario molestar a los dos, en especial era Belatrix quien molestaba al pequeño Harry, Rodolphus y Rabastan por otro lado eran quienes molestaban a su hermano adoptivo con las prácticas sexuales, hasta se podía escuchar de vez en cuando a Rodolphus pidiéndole consejos, artefactos y demás cosas a Severus para estar con Belatrix a solas.

El numero 110 era el último que Blix había leído cuando Severus con sus pasos rápidos lo obligo a apurarse, los Mortifagos que se cruzaban prácticamente huían de la vista de Severus, pues la gran mayoría eran de las filas bajas y sabían por los mayores que no había que estar del otro lado de la varita del hombre si no querías morir de una forma lenta y dolorosa, además de que serias puesto como una obra de arte de colección.

VENGANZA (Snarry)Where stories live. Discover now