Tropiezos - Capítulo 2

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A medida que pasaban los días, Hitoka y Shoyo iban haciéndose de amigos nuevos, incluyendo a los gemelos Miya, quienes incluso les habían presentado a quien al parecer era su mejor amigo desde la infancia. Aran. 

Conforme conocía a los Miya y empezaba a ser espectador de sus peleas de hermanos, tal y como la primera vez que los vio, no imaginaba cuánto había de haber pasado aquel chico. 

Shoyo tenía clases a primera hora de la mañana, mientras que Hitoka entraba a medio día. Avisó que se iba y la dejó seguir durmiendo. 

Era semana de parciales y Shoyo no podía dejar pasar ningún tema, todo era clave para salir bien en los exámenes, le habían recomendado tomar asesorías con Kiyoomi, pero digamos que en lo que iba del semestre, Shoyo era como un imán de accidentes para Kiyoomi. Cada que se cruzaba con él, algo pasaba. Si se cruzaban en la cafetería, alguien empujaba a Shoyo y éste le derramaba su comida encima. Si llegaban a estar al mismo tiempo en la biblioteca y Shoyo traía libros cargando, se tropezaba con él, haciendo que cayeran en sus pies. Por esas razones no quería pedirle aquel favor. 

Saliendo de clase visualizó al otro lado del pasillo a los Miya, al parecer habían tenido examen y Atsumu había sacado menor nota que Osamu, sí, definitivamente no quería participar de mediador, por lo qué se fue caminando hacia las escaleras antes que lo vieran. 

Pero Shoyo no tiene la mejor suerte, no estaba viendo el camino mientras andaba, hasta que chocó con alguien. 

– Tú, otra vez. —Shoyo había escuchado que en algunos lugares de latinoamérica decían que los pelirrojos traen mala suerte, empezaba a creer que era cierto—. Debes tener más cuidado, sí no fuese por mí, estarías rodando hacia el piso de abajo. —dijo a manera de regaño. 

– Yo, lo siento. No me fije, trataba de hu… 

– ¡SHOYO! —escuchó la voz de Atsumu a sus espaldas, Shoyo solo apretó los ojos. Quería mucho a los gemelos, pero cuando estaban peleando, generalmente terminaban golpeándose y era incómodo. Kiyoomi noto como Shoyo se petrifico—. Sakusa. —dijo Atsumu al verlo. 

– Tsumu, hola. —dijo Shoyo dándose vuelta, cuando también vio a Samu quien le sonrió—. Hola, Samu. 

– ¿Qué haces con Sakusa?—preguntó Atsumu, mientras Osamu fingió estar en su celular, Shoyo aún no sabía bien qué ocurrió entre ellos, pero claro estaba que no fue algo bueno. 

– No hace nada conmigo, Miya. Solo fue que salvé a tu novio. —Atsumu se tiñó de rojo y Samu casi no aguantaba la risa, Shoyo estaba confundido—. Tú…—señaló a Shoyo—. Debes tener más cuidado, empiezo a creer que tienes horarios para cruzarte conmigo y que pasen cosas de este estilo. —caminó lejos de ellos. 

– Shoyo, lo que dijo no es cierto. —trató Atsumu de defenderse ante aquel comentario de Kiyoomi. 

– Es claro que no lo es, idiota. Shoyo no andaría contigo. — Shoyo seguía procesando lo que acababa de pasar, pero aún así se dio cuenta de que otra pelea venía. 

Ay, no. — pensó. 

– ¿Eh? ¿Qué insinúas? —dijo molesto a su hermano. 

– Solo digo la verdad, ¿no es así Shoyo? —volteó a ver a Shoyo, pero para su sorpresa este ya no estaba ahí—. ¿Shoyo? 

– Genial, ahora me evitará por el estúpido comentario de Sakusa y ahora el tuyo. Gracias hermano, no sé que haría sin ti. —dijo sarcástico, Osamu solo suspiró y empezó a seguir a su hermano mientras le reprochaba que no debía hacer eso. Shoyo los observaba a lo lejos. 

– Dios, ¿por qué habrán dicho eso? —dijo para sí mismo creyendo que nadie lo escuchaba. 

– Empiezo a creer que los accidentes son reales, eres muy…inocente. —dijo una voz a sus espaldas, giró para poder verle. Era Kiyoomi. 

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⏰ Poslední aktualizace: Aug 30, 2022 ⏰

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