Detesto No Estar A Tu Lado

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Llegue rápido a casa, hice todo lo posible para ocultar mi llanto, subí rápidamente a mi habitación, me encerré y esperaba que nadie viniera a molestar, no quería hablar con nadie, ni siquiera con Yuzucchi, pero... A la vez, mi egoísmo empezó a salir a flote. no quería a nadie, a nadie más, que sólo a Mei. Solo Quería que fuera ella, que ella estuviera aquí. Y nadie más!! El poder Sentir su calor, sus caricias, escuchar su voz. Quería eso, realmente lo quería. No pedía otra cosa, sabía que era mi egoísmo y mi necesidad, lo que me hacían actuar así. Pero... Era lo único que sentía que podía aliviar mi dolor. Cosa que para mí. Así debía ser... De aquí en adelante, o más que nada, hasta la muerte...

Empecé a gritar, no me importaba molestar a los vecinos a mi abuela, a Mitsuko no me importaba, solo quería gritar y desahogarme. Golpear algo si era posible, me sentía triste y furiosa a la vez, amaba a Mei y no podía estar con ella, lo odiaba por completo, odiaba ser considerada con Yuzucchi, Pero. aún así, es lo que una buena y verdadera amiga debe hacer. Y yo tenía que serlo. Pero el deseo de tener entre mis brazos a Mei. No disminuía. No sabía cómo tranquilizarme. Solo quería que algo rápido lo hiciera, hasta que al final, solo me escondí debajo de mis sábanas y... nada más...

Parecía una lunática que se escondía de sus enemigos, pero no era así, solo era yo intentando esconder su corazón de los demás, y su mirada. Esa mirada que si es directa y constante, era solo para ella, y no podía ocultarlo ya, pues, es así. y sería siempre...

Estuve ahí toda la noche, hasta que me quede dormida, y solo desperté, por los rayos del sol que impactaba en mi rostro, todo por dejar la ventana abierta, no quería despertar, no quería ir a la escuela, si iba, la vería y si la veía, no se que haría, bueno, quizás si, y eso sería, correr hacia ella, correr hacia ella seria lo único que se me ocurriría hacer. en ese preciso momento, por esa razón, no ir. era la mejor opción. Pero, antes de decidir eso, bueno...

-¡oye Harumin! ¡El desayuno está listo! Baja!

-¡no tengo hambre! ¡Mitsuko no me siento bien!

-¿Eh? ¿En serio? Voy a entrar.

-¿Eh? ¿Porque?

-¿Porque? No puedo ignorar que te sientes mal.

-pero...

-¿Pero que? ¿Acaso estas mintiendo?

-¿Eh? N, no! Claro que no... Solo... No... Aaaah, Haa... Entra.

-bien, ahora voy a entrar. -entra y se acerca. -veamos... Tienes un poco alta la temperatura, ¿te dormiste solo así?

-¿Eh?

-ahora voy por el termómetro y sabremos como estas.

-S, si.

Unos minutos después.

-bien, tienes 38.2 vaya si esta un poco alta, será mejor que descanses, avisaré que no podrás asistir, así que, vuelve a acostarte y te traeré un poco de medicina y algo de comer.

-S, si. Esta bien.

-bueno, ya regreso.

Residencia Aihara.

Me levante lentamente, Yuzu seguía dormida, ella no se dio cuenta de nada al parecer, agradecí en mi interior por ello. Fui al baño, tenía los ojos hinchados y rojos, había llorado mucho por la noche, pero, eso no importaba, me duche, me vestí y dejé a Yuzu dormir más todavía, intenté despertarla antes, pero no quiso hacerme caso. Y prefirió dormir, y yo pues, salí más temprano, aunque eso no tendría mucho sentido, claro, para los demás, pero las cosas eran así. Bueno, Era y parecía suficiente para mí. No había otra cosa que quisiera hacer, pues, llegar y entrar al consejo y encerrarme, hacer lo que deje pendiente, era la mejor manera de olvidar lo que estaba pasando. Así que... Llegué, pero antes que yo, ya había alguien más ahí. y esa era...

¿Realmente está pasando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora