Capítulo 4

20 3 0
                                    

—Mamá, no es momento para hablar de eso.

—Si mi esposo a maltratado a mi hija más allá de lo verbal necesito saberlo, Mayne.

—Lo sé, pero ahora no es el momento.

Decidí irme a mi habitación mientras ellos estaban concentrados en su discusión. No quería seguir ahí, no podía.

Cuando llegamos a casa mamá le dijo a papá literalmente "piérdete unos días, no quiero verte". Él obedeció y a los minutos nos encontrábamos nosotros tres nada más, y ella empezó a atacarme de preguntas, cosa que se me hizo incómodo. No sabía qué responderle, principalmente porque no quiero causarle dolor ni que hayan más disgustos en la familia.

Por suerte Mayne se interpuso, y desde entonces a estado tratando de convencer a mamá de hablar los tres después, pero ella no lo capta.

Cerré la puerta con seguro y me tiré a la cama boca arriba. Estaba exhausta, aunque últimamente siempre lo estoy.

Duermo mal, casi no como, mi papá todos los días me dice qué hice mal, mamá y él discutiendo por mi, mi hermano también peleando con él...

Muchas cosas han estado sucediendo desde que entré en la academia, y aunque antes también pasaban, no eran el gran escándalo.

Estaba bien. Sin problemas ni nada.

Pero todo se jodió gracias a papá. Su machismo es algo que ha tenido toda la vida, pero estos años se a intensificado a niveles superiores.

A Mayne le deja hacer lo que quiera, ni le importa. En cambio a mi no me deja salir ni a la esquina.

No puedo hablar con chicos en su presencia, no puedo beber, nada de fiestas, ni siquiera de cumpleaños.

NO PUEDO HACER NADA.

Mamá es la que me deja, me dice que mi papá no sabe nada y que no le preste atención. Eso me recuerda mucho a Mayne, él también me dice cosas así y me ayuda a hacer lo que quiero.

¿Por qué papá se empeña en hacerme infeliz? ¿Estará consciente de que lo hace?

Unos toques en mi puerta me sacaron de mis pensamientos. No me moví, no quería hablar ni ver a nadie, lo único que necesito ahora es dormir un poco. Fue un día muy largo y pesado.

—Hermana, por favor. Ábreme —volvió a tocar la puerta con suavidad—. Tengo que decirte unas cosas y no puedo decirlas aquí afuera. Mamá ya se fue a su habitación pero estoy seguro que anda pegada de oreja a su puerta.

Reí un poco, pero seguí sin levantarme. Cerré los ojos tratando de dormirme pero escuché a Mayne suspirar.

—Te amo. No importa lo que pase, siempre te amaré y cuidaré de todo y todos los que quieran dañarte —poco después escuché sus pasos alejarse. Suspiré en cansancio y me quedé dormida a los minutos.

♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎

—¿Tú lo sabías? ¡¿Tú lo sabías, Mayne?!

—¡No! ¡Sabes que en cuanto me enterara le habría caído a golpes a tu marido!

Los gritos hicieron que me despertara de golpe, casi me caigo de la cama.

Me levanté saliendo de mi habitación, caminé hacia las escaleras y los pude ver a un lado de estas. Bajé unos escalones ocultándome fuera de su campo de visión y escuché con atención.

—¿Megan te lo confirmó? —la voz de mamá se había quebrado, escucharla así me rompía el alma, y más al saber qué era por mi—. ¿Te dijo que su papá...?

Lealtad de MellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora