-Mi lady -Habló un sirviente llamando mi atención.- Su majestad el rey a muerto, y su hermana, la protestante Stephanie, tomará el trono -explicó minuciosamente.
-No lo hará, yo seré la nueva reina de Inglaterra. Y no habrá poder en el mundo que pueda quitármelo. Restauraré a la iglesia católica aquí, y la máxima autoridad del Papado también -Hablé con ambición en mis palabras.- Que preparen mi coronación cuanto antes! Yo reclamaré ese trono.
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-Sin mi permiso, no puedes salir del palacio! -habló con un tono de voz fuerte.
-Mehmed entiéndelo! -hablé con el mismo tono.- Tengo que reclamar ese trono o si no...
-O si no Que ?
-Maria va a matar a mi hermana, Va a acabar La Paz entre Inglaterra y el imperio! Son terribles las consecuencias Mehmed!
-Yo solo... no quiero separarme de ti -Explicó con cariño
-No lo harás -me acerque a él para tomar su mejilla. - Es temporal, volveré en 2 meses máximo, y dejare a cargo a mi tía Mary, en ella puedo confiar totalmente. -el me tomó de la cintura acercándome a su cuerpo.- Solo será un corto tiempo.
Sin esperar más, Mehmed me besó con desespero pero delicadamente al mismo tiempo.
Nos separamos y el me dio un pequeño beso en la frente.
-Prométeme que volverás -asentí.- Puedes llevar a Dilay contigo... te extrañará mucho cuando te vayas.
Lo pensé un momento.
-Está bien -sonreí-, la llevaré conmigo
-Ten cuidado.
-Te enviaré una carta, si lo necesito.
El asintió, nos dimos un último beso y yo salí de sus aposentos.
Me dirigí a los míos, ahí estaban mis damas, Peter, Ansel y mi pequeña Dilay.
-Madre, porque guardan tus cosas? -preguntó la pequeña con un tono infantil de confusión.
Me agache a su altura.
-Iremos a casa cariño -acaricié su cabello.
-A casa ? -puso uno de sus dedos en su boca confundida.
Asentí suavemente.
-A mi hogar -Volteé a ver a mis amigos y compañeros. - hora de irnos -avise todos hicieron caso, y se llevaron los baúles.
Fui a ver a Bahadir por última vez, lo besé en su cabecita y lo dejé durmiendo en su pequeña cuna.
-Mamá volverá pronto. -Terminé para luego salir de mis aposentos en dirección a la salida del palacio.