[𝙲𝚒𝚗𝚌𝚘] 𝚃𝚘𝚖𝚊𝚝𝚒𝚝𝚘

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Los meses con bebé pasaban rápido. Tan rápido que sin darme cuenta contaba ya con 6 meses.

Eddie se había convertido ahora en algo así como nuestro mejor amigo... Un mejor amigo al que en verdad moría por morder alguna parte de su cuerpo cuando lo tenía cerca.

Bebé aún seguía necio en no dejarse ver... Y odiaba eso, pero al menos tenía un apodo lindo para ella o él.

-Entonces es del tamaño de un... ¿Tomate?- preguntó mirándome desde el sillón, donde estaba recostado de cabeza.

-No, en realidad es del tamaño de una lechuga.

- ¿Y por qué le dices tomate?

­-Porque para mí siempre será un pequeño tomate.

-No entiendo... ¿Por qué no dicen simplemente un tamaño? Como una cantidad exacta ¿Por qué lo comparan con alimentos?

-Supongo que es más fácil de entender.

-Claro que es fácil... Cualquier imbécil podría entenderlo.

-Mira que a tí te costó- reí mientras comía palomitas de mantequilla con cajeta.

Cualquier combinación repugnante que se te pudiera ocurrir, seguramente yo ya la había probado.

Eddie me miró en silencio por unos segundos mientras yo seguía comiendo y después hablo.

- ¿Alguna vez le has puesto música a bebé?- preguntó sentándose correctamente en el sillón y yo negué con la boca repleta. -Una vez leí que era bueno para ellos, así como platicarles cosas. Dicen que cuando nacen y escuchan tu voz, pueden reconocerla, son muy inteligentes- recargué el tazón sobre mi vientre y lo miré con una ceja arqueada.

- ¿Y tú cómo sabes eso?

-Pues... Ya te dije, alguna vez lo... Leí- respondió y pude notar como movió sus dedos de manera nerviosa.

-Ajá, eso lo escuché pero... Más bien me refiero a ¿En dónde lo leíste?

-Pues... En un... Libro, duh- rodé los ojos y pusé el tazón a un lado de mí para colocar mi mano sobre mi gran barriga mientras la observaba.

- ¿Qué música crees que podría ser buena?

-Uhm... No sé, supongo que algo que te guste a tí o yo qué sé...

- ¿Podrías conseguirme ese libro que dices? Te lo pagaré.

-Oh no, de ninguna manera. Te lo conseguiré, te lo prometo- se levantó del sillón mientras lo miraba. - ¿Necesitan algo más? Tengo que irme porque mañana comienzan las clases y bueno, hay que prepararse.

-No me lo recuerdes- respondí aterrado mientras picaba mi vientre.

-Tarde o temprano la gente se dará cuenta Steve, ¿Qué piensas hacer?

-Supongo que nada- me levanté cuidadosamente del sillón. - ¿Se nota mucho?- pregunté colocándome de costado y Eddie me miró.

-Si tuvieras el rostro más fino sin duda pensaría que estás embarazado.

-Me dijiste... ¿Cachetón?- coloqué ambas manos sobre mis mejillas para acariciarlas.

-Sólo digo que pasa como si hubieras subido de peso, no creo que eso los haga sospechar. Digo, nadie sabe sobre lo de tu alteración y eso que me contaste o ¿Sí?

-No, sólo Robin, el imbécil del padre y tú.

-Pan comido entonces, sólo subiste de peso durante el verano, asunto arreglado.

-Bueno, a medida que tomate siga creciendo, dudo que esa excusa siga sirviendo.

-Deberías decirle a la gente quien fue el idiota que te embarazó, no tiene que pasar por esto tú solo.

-No, es un bastardo y ni siquiera vale la pena.

- ¿Él lo sabe?

-Lo sabe, ¿Y sabes que me dijo?- negó mirándome con atención. -Que quería que abortara.

-Bueno, dudo que a alguien le agrade la idea de tener un hijo a los 18, debe ser horrible.

-Y lo es pero... Por mi cabeza jamás pasó hacer eso. Amo a tomatito y sinceramente no me arrepiento- posé mi mano sobre mi barriga mientras Eddie me miraba con esos ojos brillantes.

-Serás un buen papá, ¿Sabes?- sonrió mostrando unos pequeños hoyuelos en las mejillas y yo correspondí. -Tomatito será muy afortunado de tener a alguien como tú como su padre, en serio.

***

-Deja de meter tus sucios dedos en el helado- Robin golpeó mi mano y yo saqué mi dedo del helado de fresa con yogurt para meterlo a mi boca.

-Es que no puedo- susurré. -Es difícil contenerme.

-Pues tienes que hacerlo a menos que quieras perder tu empleo, y créeme que no estás en condiciones de algo así- Robin tomó una de las pequeñas cucharas del jarrón de cristal para así tomar una prueba. -Ten- me extendió la cuchara y yo la tomé. -Cuando la chupes no vuelvas a meterla para tomar más helado, no creo que a los clientes les agrade mucho la idea de comer helado con gérmenes de Steve Harrington- asentí disfrutando el sabor dulce del helado lo más que podía. -Si te descuido un sólo segundo, eres capaz de acabar con todo el cargamento- reí viendo como Robin se daba la vuelta caminando hacia la parte trasera.

Miré disimuladamente esperando a que Robin ya no estuviera y tomé otra muestra de helado. Ésta vez fue menta con chispas. Disfruté aquel sabor fresco mientras cerraba los ojos.

-Estás a una muestra de helado más de ya no entrar en tu uniforme, marinero- la voz acompañada de una suave risa me hicieron abrir los ojos.

-Eddie- hablé cubriendo mi boca y dejando la cuchara sobre el mostrador. -Dios, que vergüenza- reí apenado mientras colocaba una de mis manos sobre mi vientre.

-Sí, ya lo creo Harrington- sonrió sosteniendo un libro entre sus manos. - ¿Cómo están?- preguntó señalando mi vientre con la mirada y yo lo acaricié por encima de la tela azul marino.

-Tratando de sobrevivir un día más, jamás pensé que esto sería tan difícil.

-Bueno, ¿Y qué esperabas? ¿Que un bebé apareciera mágicamente en tu puerta?

-No lo sé, sólo creí que sería más fácil. No esperaba tener que estar emocional todos los días y querer comer a cada momento. Trabajar en una heladería estando embarazado no es para nada divertido.

-Bueno, pues yo tengo una explicación lógica a todas tus dudas sobre todo este proceso- yo arqueé una ceja. -Tengo lo que te prometí.

-Uh... ¿Una banderilla?- Eddie alzó ambas cejas intentando contener su risa.

- ¿Acaso hay algún momento del día en el que dejas de pensar en comida?

-No con este tomate creciendo dentro de mí- Eddie sonrió ante el apodo.

-Hablo de esto, el libro del que te hablé el otro día- deslizó aquel libro por el mostrador y yo lo tomé. -Tal vez pueda servirte al menos en los últimos meses que te quedan. Quizás te ayuda a comprender un poco más de lo que está sucediendo allá adentro con el tomate.

-Eres tan dulce- mi labio inferior tembló mientras sentía lágrimas en mis ojos. -No entiendo por qué haces todo esto por nosotros- sorbí mi nariz mientras Eddie me miraba sin entender.

-Sí... Creo que si estas bastante... Emocional.

- ¿Steve?- Robin se acercó a acariciar mi espalda mientras le daba una mala mirada a Eddie. - ¿Qué le hiciste ahora Munson?

- ¿Yo? Yo no le hice nada, sólo le di un libro que me pidió y de repente se puso a llorar.

-Es que es tan bueno- hipé limpiando mis ojos con mis manos y Robin le hizo a Eddie una seña con la mano para que se fuera.

-Te veo luego Harrington- se despidió para salir por la puerta de scoops ahoy.

𝐁𝐞𝐚𝐮𝐭𝐢𝐟𝐮𝐥 𝐁𝐨𝐲 (𝐒𝐭𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang