Capitulo 4

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Primer día de clases.
Samantha

Alimenté al gato antes de salir por la puerta, el estúpido vecino había estado enviándome notas en el collar y por más que lo encerraba el gatito buscaba la manera de salir de mi departamento e ir a jugar al de los vecinos.

Había revisado mi libreta luego de que ese idiota se la llevó ¿Por qué actúa como si no hubiese sido él el que se llevó la libreta? Su disculpa fue torpe y sin sentido.

Negué con la cabeza y seguí mi camino, repasé en mi mente otra vez si había cerrado bien la puerta y las ventanas para que el gato no volviera a molestarlo.

Tenía miedo, nunca había ido a una escuela normal, no fui a una secundaria cualquiera y la universidad sería totalmente diferente, el trato con otras personas sería muy extraño y nuevo para mí. Suspiré y caminé todo el camino a la parada de auto bus.

Me senté a esperar mientras las personas se acumulaban a mi al rededor, saqué uno de los libros que había aprovechado de comprar, un romance de mafiosos, antes los compraba a escondida de mis padres y los leía una y otra vez por no poder tenerlos, según mi padre el diablo influenciaba para que los adolescentes leyeran esas historias y tuvieran sexo.

Las clases pasaron volando, materia tras materia había estado bien, en el instituto mi padre me hacía estudiar tan duro que no tuve ningún problema en entender ciertas cosas. Mi primer día estaba por terminar solo quedaba entrar a la materia extracurricular que había escogido.

Me senté en el asiento más alejado de la clase de pintura, frente a mi había un caballete y en una mesita a mi lado tenía varios lápices y algunos tubos de pinturas, pinceles y lápices de colores. Nunca había hecho nada como esto pero me agradaba la idea.

El profesor entro al aula junto con otros alumnos.

—Bien, estaremos dibujando a un compañero que ya nos acompañó el semestre pasado como modelo, en esta oportunidad estará dibujando también, pero en la próxima clase. Derian.

Fruncí el ceño, el nombre me sonaba conocido pero era ligeramente diferente al de mi vecino, no presté mucha atención hasta que se formó un murmullo entre las chicas de la clase, para ver al frente tuve que moverme a un lado ya que el caballete me obstruia un poco la vista.

¡Qué hacía mi vecino en mi clase! ¿Por qué estaba en bata..? No espera, se estaba desnudando en frente de toda la clase ¡No podía ser! Me escondí nuevamente detrás del caballete. No podía ser, ¡No podía ser! Mi vecino estaba desnudo en frente de toda estas personas, sentado en una silla en una pose... ¿Por qué todos lo tomaban tan normal? Sentía como mis mejillas estaban completamente rojas, esperaba que ese idiota no se haya dado cuenta que estoy aquí y espera... ¿Estudia en esta universidad? ¿Por qué tenía tanta mala suerte?

—Para pintar a una persona que tienen en frente deberán ir midiendo con el lápiz las proporciones, con el brazo bien estirado —comunicó el profesor—. ¿Alguna pregunta?

No quería que él me viera o reconociera, pero tenía que hacer una pregunta, una que me preocupaba. Tuve que levantar la mano.

—¿Si, señorita?

Tragué saliva cuando todas las miradas se despegaron de sus caballetes y viajaron a mi, mis mejillas ardían. Tomé aire y hablé.

—Tendría que... ¿Tendría que dibujar detalladamente su...  Su...? —la pregunta quedó en el aire, me puse más nerviosa al ver que movió su cabeza solo para verme.

Sabía que había reconocido mi voz en cuanto hablé. Él se rió, su mirada de satisfacción me provocó unas ganas inmensas de golpearlo. El profesor carraspeó, sabía que había entendido mi pregunta.

¡Te Odio, Idiota!Where stories live. Discover now