El testamento de Axozer.

[O8]

Flores, pétalos, hojas y sangre era lo único que su mente le dejaba procesar. Estaba siendo sostenido por Karchez quien era el más cercano a él para evitar que se derrumbara y perdiera el equilibrio de sus piernas.

Los pasos de los guardias y el llanto de su madre lo comenzaban a aturdir.

Desde la mañana que despertó algo en su interior le dijo que ese día nada iba a salir bien, sin embargo decidió ignorarlo. Se levantó junto a su hermano y estuvieron platicando un rato hasta que les trajeron el desayuno, ellos agradecieron y justo después comenzaron a degustar el alimento. Después de terminar comenzaron a platicar un rato.

Axozer muchas veces quiso tocar el tema de Imantado, pero no quería arruinar la felicidad que su hermano estaba sintiendo.

Así pasaron unas cuantas horas, de un momento a otro vio a Deqiuv más cansado y cada vez su tos empeoraba, sin embargo, el de rulos solo le decía que estaba bien y conforme el tiempo pasaba, iba a estar mejor.

Y debió hacerle caso a la voz interna que le decía que no hiciera caso, que su hermano estaba mintiendo. De esa forma todo hubiera sido diferente. No tendría que estar viendo como su hermano luchaba por su vida.

Se aferró al cuerpo que lo sostenía, apretando la tela de su traje. A Karchez poco le importaba si el menor rompía su ropa, le dolía verlo de esa forma, teniendo que presenciar la posible muerte de su hermano mayor. Y lo entendía, si a su hermana le pasará algo igual, haría lo que fuera para que ella estuviera bien.

Axozer escuchó la voz de suplica de su hermano, se separó de la curvatura del cuello del mayor y miro en dirección a Deqiuv, quien lo miraba esperando su ayuda.

Sin pensarlo dos veces se separó de Karchez y corrió hasta donde se encontraba su hermano, rodeado por gente con magia que intentaba arrancarle las flores de sus pulmones. Los empujó a todos y abrazo de forma protectora al de rulos, sintiendo como temblaba por el llanto.

—Principe Axozer, es necesario que se retire de aquí para salvarle la vida a su hermano —comentó con firmeza uno de los hechiceros.

—...no.. —la mirada de suplica en Deqiuv le impedía moverse— Axo, no los dejes, te lo suplico. —Axozer asintió, viendo los ojos llenos de lágrimas y su corazón siendo apachurrado contra su caja torácica.

—Hijo, te lo suplico, deja que se hagan cargo de tu hermano —habló con voz temblorosa su madre.

—No —la mirada enojada que les dedicaba el bicolor a todos los dejó paralizados en sus lugares— No voy a dejar que se acerquen más a mi hermano, no voy a dejar que le hagan nada

Uno de los magos se acercó a paso lento, dejando unos dos metros de distancia entre el par de hermanos. —Joven príncipe, debe tener en cuenta que si no tratamos a su hermano, puede morir. Es egoísta de su parte negarle el derecho a vivir.

Y Axozer dudó, dudó de todos ahí y en especial de él mismo. ¿Estaba siendo egoísta? o ¿cumplía los deseos de su hermano? ¿Qué estaba haciendo?.

Lagrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

—Yo...yo no...— las palabras no salían. No quería ver a su hermano desvanecerse sobre sus brazos. Pero su mirada de suplica le impedía dejarlo.

Entre las miradas que todos le dedicaban, había una en especial que le hizo perder cualquier pensamiento racional. Sus ojos brillando en preocupación, ambos de diferentes colores, morado y rojo. Lo llevó a recordar que se encontraba en la misma situación, más diferente porque estaba en sus manos la vida de su hermano. Sabía que si lo dejaba morir sus papás lo iban a culpar, no podría soportar con esa carga. Pero en cambio, sí no hacía lo que su hermano deseaba traicionaria su confianza, tampoco podría con la culpa.

¿Qué debía hacer?

¿Aferrarse al cuerpo de su hermano y llorar?

¿Salvarlo?

¿Cuál era la decisión correcta?

El tiempo corría y Axozer se adentraba más a sus pensamientos, aflojando el agarre que tenía sobre el de pelo rizado.

Los guardias y Magos aprovecharon para separarlos, llevándose a Deqiuv para poder extraer esas flores.

Axozer volvió en sí segundos después, comenzando q gritar y llorar que lo soltaran, moviéndose bruscamente para safar se del agarre que se hacía más fuerte, incluso llegando a lastimarlo y haciendo que se queje. Karchez caminó a paso rápido hasta los guardias que retenían a Axozer.

Tomó a ambos de la cabeza tirando de ella hacía atrás haciendo que ambos perdieran el equilibrio y soltaran al de cabellos bicolores. Karchez tomó al menor de forma nupcial y comenzó a correr, huyendo de los guardias que los perseguían.

El corazón de Axozer no paraba de latir desenfrenado, pareciendo querer salirse de su caja torácica. Con ambas manos se aferró al cuello de Karchez, quien de forma rápida despistó a quienes los seguían escondiéndose en la biblioteca.

Se detuvo unos minutos para descansar una vez que estuvieron lejos de ser atrapados.

—Axo..— respiró profundamente para poder recuperar el aire —¿Estas bien? —colocó ambas manos en las mejillas sonrojadas del menor, quien sólo atinó a asentir levemente.

—Oye, Axo.

El mencionado lo miro esperando a que continuará.

—¿Quieres salvar a Deqiuv?

—¡Sí! no deseo más otra cosa.

—Entonces sígueme, tengo un plan.

Los ojos de Axozer brillaron en esperanza y su corazón volvió a latir desenfrenado, acompañado de un pequeño cosquilleo en su garganta que decidió ignorar.

Después de todo, prefería salvar la vida de su hermano que la suya propia.

Ahí tienen su bendita actualización, ¿felices?

Decidí alargar un poco más el capítulo y dividirlo en dos partes pq sentía que los estaba dejando esperando mucho tiempo. Así que en el siguiente se vendra lo triste.

¿Qué les pareció el capítulo? cuentenme, los voy a leer.

Si tienen alguna duda pongan la aquí y yo con gusto la responderé.

Si ven algún error o falta de ortografía no duden en hacerme lo saber.

OTRA COSA.
Ando interactuando con algún por medio de mi tablero de mensajes, así que si quieren saber alguna novedad o simplemente exigirme que actualice puedes hacerlo por ahí, y siganme para que les llegué la notificación :3.

-ANDY.