Los días después del lunes habían sido mucho mejores, al menos para Tommy. No se encontró otra vez con Jackson y tampoco con uno nuevo que volviera a vomitar sobre ella; con uno bastaba para todo el colegio. Y pesé a verlo de lejos junto a sus amigos, él nunca se dirigió a disculparse aunque sea, nada; como si no fuera el culpable del grandioso honorífico de "la niña vomitada de cuarto".
Un nuevo receso en viernes fue testigo de un suceso subliminal que, si fuera posible, sería un hecho histórico. Jackson, junto a Mark y JB se dirigieron a su mesa de siempre con una charola de comida de cada uno. El mayor divisó a Tommy en otra mesa y sus miradas cruzaron unos segundos en donde ella saludó con un gesto de paz y Mark correspondió de la misma manera añadiendo una sonrisa a boca cerrada.
–¿A quién saludas? –Jackson preguntó cuándo se sentó y logró ver el gesto de su amigo.
–A Tommy.
–¿Un chico nuevo?
–Nope. Es la chica a la que armaste tremendo show el lunes, devolviendo todo el alcohol que tomaste el domingo sobre su ropa, su comida y parte de su cara. Dios mío, Jack, creo que la dejaste sin desayunar. –explicó tranquilamente Jaebum mientras pinchaba un trozo de carne con el tenedor y la llevaba a su boca, mirando al susodicho con un poco de reproche.
–Ah. –asintió él mirando la charola. Cuando sintieron las miradas de sus amigos sobre él, les devolvió una interrogante. –Pero, ¿Tommy? ¿No que era una chica?
–Sí es una chica, menso.
–¡¿Tommy es una chica trans?! –gritó sin pudor ni disimulo, llamando la atención de varios jóvenes y señoritas que rieron tras el comentario. Jackson se hizo chiquito al ver lo que ocasionó y esperó no ser el culpable de una burla hacia la chica trans.
Dios, ya la cagué.
–No, estúpido. No es una chica trans, y si lo fuera, ¿a ti qué te importa? –reprendió un enojado Jaebum que había golpeado la mesa y señaló a Wang con su tenedor, con ganas de pincharle un ojo.
–Okey, okey, no te pongas salvaje. No pregunte con mala intención, lo juro.
–Bien, ahora ve a pedirle disculpas por el lunes y por tu estúpido comentario transfóbico.
–No soy un transfóbico, Jae.
–Pues así sonó tu pregunta. Ahora, ve, anda. –lo mandó JB como si fuera un perro.
–Sí, sí, ve. Aquí te esperamos. –animo Mark viéndolo con una sonrisa.
Wang respiró hondo y se levantó con las piernas temblando de miedo; Dios sabía lo mucho que temía hablar con chicas después del trauma de su pubertad en China, y tratar de volver a hacerlo en el país americano hubiera sido fácil, pero la historia se repitió de nuevo, aumentando más su inseguridad y miedo.
Estaba a punto de decir "hola" a Tommy, quien lo miró con curiosidad, terminando de masticar su empanada de fresa. El castaño quería decir cualquier cosa, un simple "lo siento" lo arreglaría todo, pero se quedó mudo en cuanto notó los ojos fijos de la chica puestos en él.
–¿Estás bien? –ella preguntó al ver su boca abrir y cerrarse, pero sin emitir sonido alguno.
Síndrome del pez. Pensó ella riendo y recordando a su papá Hank, pues hacía lo mismo cuando Charlie le pedía explicaciones de cualquier cosa y él se ponía nervioso.
–Yo... –se sentó frente a ella tan de repente y brusco, que sucedió que la mesa se moviera y por mala suerte para él, el jugo de chica cayó... encima de ella. –¡Lo siento, lo siento! Maldita sea, si serás pendejo Jackson Wang. –dijo alterado y nervioso mientras se acercaba a ella y ponía su suéter escolar encima, para secar el uniforme cuando ya estaba muy mojado. –Perdón, perdón. No fue mi intención, lo juro, perdón.
Ella suspiró cansada, tomó al chico de los hombros y lo hizo sentarse, le extendió su suéter y mirándolo sin expresión alguna.
–Sólo... mantente lejos de mí, ¿quieres? Pareciera que sólo te acercas para hacerme quedar en ridículo, y la verdad que no quiero problemas, así que... no te me acerques, chico.
Sin respuesta esperar de él, tomó lo que era suyo de la mesa y se alejó de ahí, escuchando nuevamente los murmullos burlescos de los demás, las risas y los comentarios que parecían elogiar al chico asiático por el que todos y todas morían.
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La última clase terminó al fin y Tommy no podría estar más feliz; Química no era para ella y ella no era para Química, era un amor más imposible que el de Romeo y Julieta y la verdad ella no estaba para nada dispuesta a morir por Química.
A veces, la vida no es como uno quiere.
Con su uniforme sucio y su humor un poco renovado, fue hasta su casillero para tomar los libros que necesitaría para su tarea. Se encontró con una hoja de papel muy decorada, hermosa, gráficos de diez, hasta podría requerir una obra de arte moderna, pero lo que se desfiguró tan majestuosa vista fue la frase que Jackson Wang había gritado en pleno comedor escolar sin signos de interrogación.
"¡TOMMY ES UNA CHICA TRANS!"
No debería sentirse mal por esa broma tan infantil y poco original. Ella no estaba en contra de las personas transexuales o transgénero, y si ella lo fuera tampoco se sentiría mal de ser lo que ella desea. Lo que la hacía sentir mal, era que ella no merecía esa clase de estupideces; nunca molestó a nadie, nunca se metió con nadie. Todo lo contrario, siempre ha brindado su ayuda a quién se la pide. Ella no les hizo nada para que la estuvieran burlando y difamando de esa manera. Eso es lo que le molestaba.
Quitó la hoja de su casillero y con cuidado la guardó entre sus libretas, la pegaría en su mural de cosas interesantes y llamativas.
Cuando terminó de sacar lo que necesitaba, escuchó y sintió como alguien se paró a su lado y esperó a que ella lo mirara. Pero ella no lo hizo.
–Lo siento. –dijo Jackson en tono bajo y tímido, viendo a la chica buscar cosas en su casillero y guardarlas en su mochila.
Ella no le respondió, en cambio, sacó nuevamente la bromita de su bolso y lo puso en la cara del chico.
–¿Tú lo hiciste?
–No. – respondió sin titubeos, hizo el ademán de tomar la hoja, pero ella lo impidió y volvió a guardarla en su mochila. –Te prometo que yo no lo hice.
–Por tu culpa ahora todos piensan que soy transexual.
–Lo siento, es que no lo dije con mala intención. Sólo me pareció raro que te llames Tommy siendo una chica. Perdón. –murmuró apenado, agachando la cabeza.
–Ya no importa, sólo no quiero que te acerques. Bastantes molestias me has provocado.
–Ya te dije que lo siento, de verdad, por todo, por el lunes, por el jugo y por lo que dije, lo siento mucho.
–Disculpa aceptada. –dijo y se fue caminado derecho por el pasillo, sin voltear una vez, pero sintiendo la mirada del chico.
Por alguna extraña razón, Jackson se sintió mal, no conocía a la chica de nada, pero sintió que estaba perdiendo una persona importante para él, no sólo porque es la primera chica con la que habla después de cinco años, sino también porque se dio cuenta que a pesar de todas sus torpezas, Tommy no le habló mal y no trató de devolverle de alguna u otra forma todo lo que él le había hecho ella sin querer hacerlo realmente.
