¿Qué?...... so.

Estrenando hogar.

Incomodidad.

Eso era lo que las dos sentían en ese momento.

—Esta es la última.— Murmuró Sasha, dejando una de las tantas cajas qué Marcy había empacado.

—Si, gracias.— Nuevamente el silencio se apoderó del lugar, ninguna de las dos sabia que hacer.

—¿Qué hace aquí? ¡La fiesta esta abajo!

—¡Luz! Tal vez necesitan un momento de privacidad.— Regaño Amity, llevándose a su novia hacia la parte de abajo.

Sasha suspiró, dejándose caer en el sillón de la habitación. Eso ya era una locura, sus padres estaban abajo con sus amigas hablando y haciendo una pequeña fiesta de bienvenida.

A este punto será difícil decir la verdad.

—¿Te sientes bien?— Nego ante la pregunta de Marcy.— Sashy, se que hemos llegado demasiado lejos.. esto... tus padres.... todo esto ha sido mucho, pero lo solucionaremos.

—¿Y como? Pensé que mis padres serian la mejor opción.— Sé sentó en aquel sillón, acariciando su entrecejo.— Ya no se que hacer.

—Sashy.— Marcy se inco, quedando a su altura.— Ya encontraremos algo para que esto acabe, además, aun quedan mis padres.

—¿Crees que ellos no me acepten?

—Oh creeme, te correrán de la casa cuando te vean.— Las dos sonrieron, sus rostros estaban a centímetros, Sasha vio aquellos labios, esos labios con toques rosados qué cuando los probo por primera vez no pudo dejar pensar en ellos.

Poco a poco iban acercándose un poco más, sintiendo sus respiración tan cerca.

Era un momento mágico, demasiado hermoso, pero era como si el destino no quisiera que tuvieran un momento lindo, pues dos individuas promiscuas había invadido el lugar.

Se separaron rápidamente al ver a Darcy llena de lápiz labial y a Anne con el lápiz labial corrido.

—Eh... no es lo que creen.— Mencionó Anne, saliendo de la habitación junto a la Wu.

Sasha y Marcy solo se quedaron calladas.

La hora de dormir llego, las dos estaban mirando el techo de la habitación sin decir nada. Sasha estaba acostada en el sillón donde antes había tenido ese momento con Marcy, no se atrevía a compartir cama aun si fuera futuras esposas. Marcy se dio la vuelta para verla, encontrandose con aquellos ojos color cielo.

Se quedaron así por un par de minutos, solo viéndose, sin decir palabra alguna, haciéndo del hambiete uno tranquilo y acogedor.

—¿Aun no tienes sueño?— Marcy nego ante su pregunta.— Entiendo..

—¿Quieres ver una película?— Sasha asintió, agarrando el control de la tele qué estaba en el buro.

Pero al hacerlo su mano choco con la mano de la menor, logrando qué se sonrojaran por la acción.

—O-Oh perdona.— Sasha retiro su mano rápidamente.— T-Tu pon la película.

—¿S-Segura?— Sasha asintió.

Buscaron una película por alguno de los tantos sitios de streaming que los señores Waybrigth contrataron para ellas, soltaron un suspiro al poner alguna de las tantas películas y quedaron en silencio nuevamente.

Pero el silencio era cómodo, Marcy invito a Sasha a la cama pues sentía feo dejarla en el duro sillón, además de que la temporada de fríos se acercaba cada día más. No quería que la rubia se enfermara.

Sintió el peso de la rubia y no pudo evitar sonrojarse, ni en sus sueños se imagino así, en pijama y con la rubia en la misma cama.

—No quiero que esto sea incomodo, Marcy.— La rubia agarro las pequeñas y delicadas manos de Marcy, sonrojandose al momento.— Dime si algo te incomoda, puedo irme al cuarto de invitados si es así.

—Sasha, no me molesta que estés aquí, al final esta es tu casa.

—Nuestra casa.

Se sintió bien decirlo aun si sus palabras temblaron, pero era verdad, era su casa, de las dos ahora.

—Gracias Sashy...

—No tienes por que, Marcy...

Sonrieron, acomodándose en la cama y otorgandose calor. Estaban bien, cómodas y tranquilas.

—Mis padres nos vera mañana.— Murmuró Marcy, sintiendo sueño por el calor.

—Perfecto... ¿mañana temprano?— La menor asintió.— Bien...— Cerraron sus ojos, dejando que morfeo se apoderara de ellas.

Sin embargo, un par de gemidos, pujidos y la cama rechinando hizo que abrieran los ojos de golpe.

—....¿La qué esta gimiendo es Anne?— Preguntó Marcy, escuchando ahora a otra persona gemir.— Y Darcy... hay no... no quiero ser tía aun...

—Bueno... alguien ya estreno la casa...