He superficializado mis emociones desde que me di cuenta que no encajaría si no lo hacia.
Me volvi lo que siempre odie.
Hasta que conocí a las más fascinantes tonalidades de marrón, al mismísimo dueño de mi corazón. Que distante de sus emociones y un corazón ardiente de verdad conquistaron mi alma.
Se siente prohibido porque yo misma me lo prohibí tanto tiempo, pero tal vez, esta sea la ocasión en que todo salga bien.