Bahrein Capitulo II

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Su madre le había puesto Milán ( un nombre que generalmente se usaba más en niños) debido a que siempre fue su sueño ir, pero su madre no pudo debido a que cuando Milán tenía 14 años se le diagnosticó con cancer de hígado y a los tres meses su ella  murió. Tres meses en los que Milán tuvo que ver por su hermanito de cuatro años y su padre.

Su padre Marcelo era un drogadicto, cada semana desaparecía algo de la casa para el poder comprar cualquier cosa que saciara su adiccion, pero eso Milán no lo supo hasta que su mamá enfermó. Adriana, su madre, siempre quiso que sus hijos tuviesen una buena vida y escondía expertamente la adiccíon de su marido. También por su madre nunca les falto un grano de arroz. Un día Milán se levanto para alimentar a su hermano Gabriel y no había nada, absolutamente nada en la nevera. Su madre se encontraba en el piso de arriba con morfina siendo administrada por vía intravenosa. Se encontraba agonizando, Milán lo sabía... Respecto a su padre, no había vuelto a casa en dos días.

Sin muchas opciones Milán tomó su go-cart y lo vendió por una miseria comparado a lo que valía. Ese fin de semana iba a competir, pero cómo competir sin comida... Prioridades, alimentar a Gabriel era su prioridad.

Habían tocado fondo, su familia estaba en el borde.

Justo en ese momento una mujer bien vestida se acerco:-¡ Ey tu, chica! - le llamó ella y Milán se detuvo confundida:- ¿Cómo estas? - pregunto la señora y Milán se encogió de hombros.

-¿Qué necesita?- pregunto ella pues necesitaba llegar rápido a la tienda del barrio para alimentar a Gabriel y pasar alguna bebida azucarada por la sonda gastrica de su madre, no quería ser grosera pero digamos que no estaba de humor.

-Mi nombre es Rosa y te quería preguntar...¿Alguna vez has pensado en ser modelo?- Milán busco algún tipo de broma en su rostro y no encontró nada. Realmente Milán jamás lo había pensado, si le gustaba ser femenina y eso pero no es que tuvieran dinero para derrochar especialmente cuando parte del dinero del hogar se iba a su deporte, por lo que ella respondió:- No, no realmente.

La señora le sonrió amablemente y sacó una tarjeta de presentación:- Soy reclutadora de una de las agencias de modelaje más importantes del mundo, si te interesa llámame. Se que podrías ser muy exitosa, eres muy hermosa.

Milán tomó la tarjeta y le agradeció, luego de comprar los alimentos llegó a su casa y preparó la comida para su hermano de 4 años y cuando subió con el jugo para alimentar a su madre por medio de la sonda, la vio mirando hacia la puerta, su mirada ausente... Su pecho dio una última y profunda respiración.
Y su madre murió, ese día su vida cambió.

Presente, carrera Bahrein GP

Milán se encontraba nerviosa, era la primera carrera. La que le demostraría a esas personas machistas y escépticas, que ella sabía hacer su trabajo, que ella era jodidamente  buena.

Se bajó del auto con su hermano Gabriel tomándole la mano, ya el tenía 18 y Milán 28. Ella lo adoraba, para ella el aún era su bebé, ese bebé que ella con 14 años sacó adelante y que cuando tuvo 18 lo adoptó como tutor y alejo de ese horrible apartamento donde vivían con su padre.

Gabriel también la amaba a ella, su hermana mayor lo era todo. El chico estaba muy orgulloso de todo lo que había logrado, pero también era muy sobre protector y muy celoso. Y se pudo percatar que a lo lejos cierto piloto español vestido con el color rojo de Ferrari observaba a su hermana con demasiado interés. Al principio pensó que era normal, su hermana era preciosa, siempre llamaba la atención. Pero no, ese hombre era diferente, inmediatamente pensó en que tenía que mantener su atención en el.

El español veía a la pareja a lo lejos por fuera del garaje de su escudería. La pareja había hecho una gran entrada, eran muy similares y el hombre era mucho menor que Milán. Carlos se preguntó si a ella le gustaban más jóvenes. Sería una lástima por que el le llevaba dos años a ella. Dejando el pensamiento de lado se concentró en ella, sabía que pasaría desapercibido ya que ella era la mujer más hermosa que el había visto y sabía que mucha personas, hombres y mujeres , pensaban como el. Ella llevaba un enterizo blanco con espalda descubierta y unos tacones rojos. Un bolso bonito que de seguro era costoso y su largo cabello rubio suelto, los tonos de este jugando con el reflejo del sol.

Ella era una visión.

No podía negar que verla era un placer... No pudo evitar caminar hacia ella. Sabía que no sería bien recibido después de lo de la rueda de prensa, pero no le interesaba. Solo quería su atención por un momento.

-Rayo de sol- saludó el en español en su idioma natal. Milán inmediatamente se giró encontrándose con ese hombre de ojos color chocolate, muy oscuros:- ¿Tú quien eres?- le pregunto ella en inglés, podia entender español en cierto grado debido a que su idioma natal era el portugués y ambos eran similares, pero no iba a estar en desventaja con el. Inglés y punto.

El hombre fingió estar ofendido y estiró su mano:- Carlos Sainz Jr, supongo que lamento lo de ayer.

Milán sin dejarse intimidar de su porte aristocrático, de su porte de nacido en cuna de oro, apretó su mano firmemente pero al mismo tiempo de forma delicada:- Si dices supongo le quita toda razón de ser a la disculpa- le acusa ella y en ese momento escucho el carraspeo de su hermano Gabriel.

-Carinho- se dirigió ella en su idioma natal a Gabriel - Este hombre es uno de los pilotos, escudería Ferrari al parecer.

Carlos sonrió con ego y orgullo mientras apretaba la mano del hombre, midiéndolo, comparándose...¿Porqué el llamaría la atención de ella?:- Gabriel, soy su hermano-

"Ahora tiene sentido" pensó Carlos apretando su mano y dando su nombre:- Un placer, Gabriel.

-Gab si quieres dame un segundo para hablar con el señor aquí- Milán hizo un gesto despectivo señalando a Carlos lo que a él le hizo sonreír para esconder su molestia. Gabriel asintió y dándole una dura mirada al hombre que cada vez se acercaba más a su hermana, se fue.

-Ahora que lo veo bien se pare...- Carlos se callo cuando Milán se acercó a tal punto que si se inclinaba sólo un poco podría tomar ese labio inferior carnoso y rosado de ella entre sus dientes, también podía ver un poco de sus pechos, hermosa vista pensaba el :- Escucha muy bien idiota, jamás vuelvas a meterte conmigo como lo hiciste ayer- Milán hizo principal énfasis en la palabra jamás y aunque quería sonar  intimidante el hombre la distraía.
Esa sonrisa de suficiencia.
Esos ojos.
Esos labios.
Demasiado guapo, demasiado peligroso.
Era una condena no buscada.
-Es una lástima- susurró el contra los cabellos de ella, ignorando las miradas curiosas a su alrededor:-Es que acabó de darme cuenta...Me encanta meterme contigo, Milán.

"Maldito seas " pensó ella sintiendo sus mejillas sonrojarse un poco. Le miro lo más molesta que pudo y se empinó un poco para susurrar en su oido:- Te veré desde mi retrovisor, Sainz ...Mantente alejado de mí.

Con eso ella se fue.
Furiosa.
Y odiando la forma en que su cuerpo le pedía que se quedara.
El por otro lado sabía que se quedaría con esos ojos azules el resto de su vida.

Princesa de hielo (Historia de fórmula 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora