Invictos- Julián Álvarez.

5.4K 85 1
                                    

Estaba en Qatar, en la habitación de Julián, éramos amigos desde hace tiempo. Pero el ambiente estaba tenso, habían perdido el primer partido y para agregarle leña al fuego Emilia, su novia, se había vuelto a Inglaterra, para después volverse a Argentina. Al parecer se habían separado, desde que llegue si habíamos cruzado tres palabras era mucho y no es porque no nos conociéramos, al contrario nos conocíamos de más.

-Lo que paso entre nosotros no se lo conté a nadie, si es por eso que no me contestas cuando te hablo.

Su voz hizo eco en el profundo silencio de la habitación, salgo del baño y él estaba apoyado en la ventana.

-No me molesta que lo sepan, me molesta que me culpen a mí por tú separación con Emilia, cuando los dos sabemos que las cosas no fueron así. Pero a eso no lo aclaraste, Emilia hablo mal de mí apenas llegó a Argentina y quede como una trola -lo miro de brazos cruzados.

-Perdóname Isa, sabes que nunca hable de mi separación con ella en ningún lado, es todo muy reciente y con lo del partido...- camino hasta quedar en frente mío -¿es por eso qué te estás haciendo la de Buenos Aires o hay algo más? -me reí.

-No me hago la de Buenos Aires, Juli- me mira cansado -bueno, es que- suspiro - no volvimos a hablar después de lo que paso, solo nos cruzamos acá y vos estabas de novio, como si todo hubiera quedado atrás y no fue así. No quería que sea más raro para nosotros y los demás.

-Te da vergüenza que mis compañeros sepan que te coji en... -

-¡Cállate pelotudo!-lo corto con un grito- ¿no te das cuenta qué te pueden escuchar?

-¡No te enojes, che!- soltó un suspiro mientras mordía su labio inferior, me reí de la manera en que lo dijo, me agarro de la cintura acortando toda distancia entre nosotros, rozando nuestras narices, nos miramos unos segundos sintiendo la tensión de nuestros cuerpos.

Atrapo mis labios en un beso delicado y lento, apretando mi cuerpo contra él. Me deje llevar por nuestras bocas unidas, me olvide de donde estábamos. Sólo lo quería a él, todo de él. Sus grandes manos acariciaron mis muslos, detuve sus manos y me miro casi con el miedo de que le dijera que no.

-Creo que tu pieza está lo bastante lejos como para que nos escuchen, ¿no? -susurré contra su oído subiendo su mano hasta mi vagina.

Me miro y sus ojos pasaron de un hermoso avellana a un negro excitante, sus pupilas estaban muy dilatadas, mordió su labio antes de empujarme bruscamente sobre la mesa, sentándome sobre está abriéndose paso entre mis piernas, y entre beso y beso nuestras remeras ya no estaban. Subió la hermosa pollera color rosa chicle a mi cadera para poder con sus manos apretar mi carne, podía sentir su erección rosándose contra mi tanga.

Comencé a besar y lamer su cuello sacándole jadeos y gemidos, acaricie todo su abdomen hasta llegar al elástico de su pantalón de entrenamiento mientras se los bajaba, podía sentir su pecho bajar y subir rápido contra mi cara. Cuando los baje me bajo de la mesa y me arrodille ante él, era glorioso e imponente.

-Isadora... -suspiro pesadamente.

-Julián...- lo mire a los ojos mientas bajaba sus boxers. Su pene salió como flecha, lo agarre y lo lleve a mi boca, soltó un fuerte jadeo al sentir mi lengua contra su piel caliente. 

-Isadora...- repitió y llevo su mano a mi pelo tirándolo fuertemente, alza sus caderas haciendo que su longitud entrara de completa en mi boca. Me excitaba que dijera mi nombre de esa manera, tan suplicante, me gustaba saber que esos gemidos eran por y para mí.

Sentí como su cuerpo se tensaba cuando gire mi lengua en su punta, y me detuve. Me miro serio y me alzó por debajo de los brazo dejándome en el lugar de antes. Se arrodillo ante mí y me sostuvo firme de la bella pollera ya arrugada -¿esto lo hice yo?- temblé al sentir su respiración y dedos sobre la humedad de mi vagina.

Sonreí ante su falsa inocencia y evidente descaro, delante de los demás Julián era un pan de Dios, suspire pesadamente acercando mi cadera a su cara, se apresuró a sacarme la tanga para lamerme y chuparme, me hizo retorcer sobre la pequeña mesa que usaban él y Enzo para comer.

-Julián...-jadee desesperada tirando su pelo, tenía mis ojos en blanco y mi cuerpo temblando por él, subió mis piernas a sus hombros para tener mayor accesibilidad, pero la pollera se entrometía entre su cara y mi cuerpo, la agarro fuerte con su mano cerrándola en un puño y con fuerte gruñido haciendo que arquee la espalda por la vibración. Se detuvo al momento de mi orgasmo, subió una mano acariciándome el abdomen y pechos y, me agarro del cuello.

-quiero que te vengas mientras te esté partiendo al medio, Isa...- su voz era ronca, sentía que me iba a derretir, saco un preservativo de un cajón- acóstate -lo hice, me gustaba este Julián mandón e imponente, él se posiciono entre mis piernas agarró una y la apoyo en su torso, la otra la tenía agarrada desde el muslo- me gusta que tengas el pie chiquitito, parece más delicado- comento mirando mi pie en su hombro, reí por el comentario inesperado, me corto la risa cuando entro de una. Jadeamos desesperados, él comenzó a moverse rápido, soltó mi pierna que tenía apoyada en su torso y se acercó a mí- necesito que me digas si te hago mal, mi amor -me miro fijo a los ojos.

-seguí así, Juli- me mordí mis labios, me beso y volvió a la posición anterior. Sus dedos se clavaron en mi carne caliente. De pronto salió.

-Date vuelta, dale- tiro una de mis piernas para que baje de la mesa, lo hice. Me acomode sobre la mesa dejando mi culo a su merced- sí, así... -susurro tomándome fuertemente de los glúteos, penetro suavemente hasta que la velocidad aumentó -que apretada estás, hija de puta-dijo besándome la espalda hasta llegar a mi oído, apoyando su pecho en mi espalda, me dejo escuchar sus jadeos y gemidos.

Mi cuerpo se tensó, me agarre fuertemente del borde de la mesa, está se movía sin parar -Ju- Juli, más...-jadee fuerte y sentí como sus embestidas aumentaban hasta volverse torpes, supe que estaba cerca, gemí cuando llegue al orgasmo, el golpeo un par de veces más.

Jadeo abrazándose a mí, besando mis hombros y espalda, mientras me sacaba el pelo de la cara, fue hermoso. Se movió para que me pudiera incorporar, me apoye en su pecho suspirando cansada, me tomo el rostro cansado - sos hermosa, cielo-me beso suavemente, ese piropo lo valía todo, porque seguramente estaría con el rostro rojo por el esfuerzo, le sonreí sincera y me abrazo.

-Te quiero, Ju -lo abrazo de vuelta.

One shoot (Selección Argentina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora