Tu Voz.

Una en un millón.

La jóven Lauren de 19 años no podía creer lo que sus ojos veían.
Llevaba semanas esperando esta respuesta.
Claramente, no estaba segura de que sería positiva.
Tenía sus esperanzas, pero también sabía que no podía generarse demasiadas expectativas. Podría caerse contra el suelo.

-"Señorita Jauregui, la esperamos el día 23 de octubre..."-lee feliz la ojiverde- ¿23? -Abre los ojos completamente shockeada- No, no puede ser ¿Por qué justo ese día?

Faltaban exactamente 7 días para el día elegido por la producción de la BBC.

Los mismos días que faltaban para que tuviera que presentar su examen de audición a la carrera de grado que había elegido.

Por cosas del destino, no había accedido a la universidad al finalizar la secundaria. Así que, tuvo que esperar casi 3 años para poder volver a tener la posibilidad de hacerlo.

Lo que no sabía ella, es que cuando se encontrara tan cerca de lograrlo, la vida le pondría otro obstáculo.

El cual podría cambiarle la vida drásticamente.

-Okay, tengo que pensar bien que es lo que voy a hacer. Si me presento al examen, puedo perder la única oportunidad que tengo para cumplir mi verdadero sueño. Si me presento al casting y no quedo seleccionada, mis padres me matarán por haber arriesgado la posibilidad que tanto me costó volver a conseguir. -murmura para si misma, dando vueltas en su habitación- Bueno, podría llamar a Dinah. Quizá me pueda ayudar a pensarlo mejor o quizá tenga una idea para poder lograr ambas. -toma su teléfono móvil y textea a su mejor amiga-.

L: Necesito ayuda
L: estás en tu casa?
L: es realmente importante
L: es de vida o muerte
L: Dinah, por favor
L: contesta

Esperar media hora a que su amiga contestara sus mensajes pareció una eternidad.

D: ven

Sin pensarlo mucho, salió corriendo de su habitación.
Aunque, esta vez, ya no necesitaba una solución.
Necesitaba una cómplice.

Un metro, un bus y cuatro cuadras después:

La casi universitaria, llega a la casa de su mejor amiga y toca el timbre desesperadamente.

-Ay, Lau. Vas a dejarme sin timbre y mis padres me matarán a mí, no a tí.
-Perdon, Di. Es que esto es algo que todavía no puedo procesar bien. -la abraza sin previo aviso-.
-¿Qué pasó? -contesta la Polinesia, sobando la espalda de su amiga y cerrando la puerta principal de su casa con la otra mano-.
-Audicione para "La voz" y me aceptaron. Tengo que presentarme el próximo jueves al casting a ciegas.
-¿Y como es eso de vida o muerte, idiota? -la agarra de los brazos y la sacude- Estoy muy feliz por tí -le besa toda la cara y la vuelve a abrazar-.
-Es que es el mismo día del examen. -la más alta, abre la boca en forma de "o", comprendiendo al fin-.
-Lo siento ¿Y que harás? -con su brazo alrededor de los hombres de su amiga, camino al sofá de la sala y se sientan en el-.
-Necesito quedarme a dormir aquí el día anterior. Tengo que arriesgarme. Yo sé que existe una gran posibilidad de no ser aceptada, pero si hay una posibilidad entre un millón, necesito ser esa una Di. Tu sabes lo importante que es la música para mí y -se le corta la voz y apoya su frente en el hombro de la rubia-.
-Tranquila, Lo. Te puedes quedar. Incluso puedo acompañarte. Haremos fuerza las dos para que se den vuelta contigo. Necesitamos ser esa una y sé que puede ser así. Tiene la voz más linda que he escuchado, después de la de Camila. Claramente, pero tú tienes lo tuyo. -la ojiverde rueda los ojos y se aleja de su amiga-.
-No la menciones. Sabes que no me agrada. Tiene que haber algo detrás de esa personalidad tan buena. No sé puede ser tan buena persona.
-Ay, Lau. No entiendo por qué la odias tanto. Y claro que sí, se puede ser tan buena persona. Ella lo es. Ojalá la pudiéramos conocer para que pueda cerrarte la boca.
-No la odio. No podría hacerlo porque su música sí me gusta.
-Ajá.
-Lo digo en serio, pero eso no me importa ahora ¿En serio irías conmigo?
-Claro que sí, señorita una en un millón. -la cubana-americana sonríe, sintiendo un peso menos en el cuerpo, sabiendo que no está sola-.