Español I.

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Una semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos para todas las personas del mundo que no eran Lauren Jauregui.

Para la joven de 19 años, habían sido siete días llenos de ansiedad, incertidumbre y miedo.

Al principio del día siguiente de saber la noticia, estaba segura de que pasaría la audición con al menos 2 jurados.
Al finalizar ese mismo día, tuvo que dar vueltas por toda su habitación evitando correr a decirle a sus padres lo que iba a hacer, sabiendo que sería más fácil no ir a la audición si se lo pedían.

Y así transcurrieron el resto de los días, con más o menos palabras tenía muchas dudas sobre qué hacer.

Aún con las posibilidades y preguntas que le surgían durante todas esas noches, y su impulso tratando de llevarla por el camino de la rendición, siguió con su plan inicial en su cabeza.

El miércoles, que temporalmente hablando fue ayer, ordenó su mochila de siempre con ropa para dormir en casa de Dinah y para la gran presentación que tendría.

-Buenos días, futura estrella- gritaba su mejor amiga en el intento de despertarla a las 7 de la mañana-.

-¿Buenos días? No he dormido casi nada, creo que tengo los ojos cerrados imaginando cosas desde las tres de la madrugada. -comenta la ojiverde, sentándose en el colchón que su amiga le había tirado en el suelo de su habitación-.

-No mientas, Lo. Me desperté con tus nada sutiles ronquidos como diez veces.

-Jane, yo no ronco. Pero bueno ¿Qué hay de desayunar? -pregunta de camino al baño privado de su amiga para su higiene matutina-.

-Un delicioso rappi de Starbucks tendria que estar llegando a...-su voz es interrumpida con el timbre de su departamento-...hora. Ya vuelvo.

Pocos minutos más tarde, la pequeña mesa del comedor estaba ordenada con sus cafés, croissants y donuts.

-Coño, ésto está caliente -suelta casi en un grito y en un perfecto español, la más grande las jóvenes, al probar su croissant relleno de chocolate-.

-No sé qué has dicho pero se que la primera no ha sido una palabra buena.-ríe un segundo, pensando- "coño" -vuelve a reír-"coño", que palabra tan graciosa. Me gustaría entender cuando lo hablas.

-Solo he dicho que estaba caliente el chocolate de dentro -dice, riéndose de las ocurrencias de su amiga-.

-Okay, entonces ¿Ya has terminado? -pregunta la Polinesia, a lo que su amiga responde con un asentimiento de cabeza- Pues vamos, o no llegaremos a tiempo. Y no puedo permitir que mi boleto a disfrutar la vida por ser la mejor amiga de la gran "Lauren Jauregui" se pierda.

-¿Cómo? -levanta una ceja en señal de "atrévete a repetirlo" risueñamente-

-Digo, que no puedo permitir que el boleto a que puedas cumplir tu sueño más grande se pierda. -responde entre risas, abrazando a su amiga por los hombres y apretandola contra su pecha, casi asfixiandola por la diferencia de altura-.

La joven de tez muy blanca y ojos verdes como esmeraldas, estaba citada para las 9 de la mañana.
El estudio de televisión queda muy lejos de su casa pero cerca de la universidad donde deberia rendir el examen. Por suerte no queda muy lejos de donde se encontraba viviendo ahora Dinah. Es por eso que también la necesitaba de coartada.

Debido a que ella sí había seguido una carrera al salir del colegio, sus padres le habían permitido vivir sola en un pequeño departamento para que no tuviera que viajar tan temprano en la madrugada, ya que es bastante inseguro donde ellas crecieron como para caminar por esas calles tan vacías y oscuras todos los días.

-Muchas gracias, Di, pero no deberías haber faltado a clase.-comenta la artista aún no descubierta, viendo en una lejanía bastante cercana el edificio al que estaba yendo-.

- Claro que debía. No puedo dejarte sola. Es un paso muy importante.

-Ow, ves que eres tierna. -se sonríen- A veces -se burla-.

-Yo siempre lo soy. Tu eres la dura, o sea, ni siquiera te cae bien Camila. Eres algo borde, aunque yo te quiero mucho así igual.

-No puede caerme mal alguien a quien no conozco.

-Bueno, yo creería que en menos de una hora ya la vas a conocer.

La joven cantante suspira y comienza a sentir esos nervios que hasta hace un minuto habían sido simple ansiedad.

Esas palabras de su amiga, la trajeron a la realidad por primera vez en siete días. No había sido consciente nunca de lo que estaba a punto de suceder.

...

Una hora, justamente una hora después la mencionaban.

Ella al escenario, Dinah con el conductor del programa.

Una pequeña cuenta atrás de 10 segundos, la separaban de pisar el primer escalón hacía ese escenario.
El cual esperaba que fuera el primero de muchos, de cientos, de miles.

Todo lo veía borroso y escuchaba las pocas voces del lugar contando números en descenso, como si estuvieran cerca pero a la vez lejos.

Sentía que flotaba en el aire.

Como si una energía que nunca antes había experimentado, la hubiera absorbido de sopetón.

-...y 1, sube. -le indicó la productora a su lado, con una amable sonrisa-.

Ella, aún sintiendose flotar, respira profundo y comienza a ascender en esos cinco escalones.

Se acomoda en el centro, mirando esos cuatro respaldos rojos. Esos sillones gigantes que no dejaban ver a ninguno de esos famosos y que solo había visto desde la comodidad de su casa.

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Gracias por el apoyo vaneidi30


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