Roger

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Estabas en tu oficina, acomodando unos papeles para el caso que tendrías que presentar el día siguiente a la fiscalía, estabas preocupada, porque las evidencias en contra del delincuente no eran tan buenas que digamos.

De repente, escuchaste cómo alguien gritaba tu apodo a todo pulmón desde afuera, conocías esa voz, ese tono, y ese carácter

—"Disculpe señor, pero no puede pasar"—se escuchó al otro lado de la puerta

—"Soy el hermano de la mejor fiscal de este lugar, así que apártese de mi camino"—dijo aquella voz, una pequeña sonrisa se formó en tus labios, por el cumplido

En un momento, la puerta fue abierta de portazo, sacándose un susto.
Lo primero que viste fue a un chico rubio, ojos azules, tez blanca y ropa rara, era tu hermano, estaba agitado, asumiste que había corrido

—Lo siento señorita, no pude detenerlo—habló el guardia

—Está bien, se pone medio perro a veces—dijiste con gracia

—¡Hey!—reclamó el rubio

Y así el guardia se fue cerrando la puerta, dejándolos solos a él y a ti

—¿Qué quieres Taylor? —te acomodaste en tu silla, siguiendo con la mirada a tu hermano mientras tomaba asiento frente a tu escritorio

—¿No puedo visitar a mi hermanita menor? —se acomodó frente a ti, cruzando sus piernas varonilmente

—Sí puedes, pero no en mi lugar de trabajo—demandaste seria

—Bueno tú ganas, necesito ayuda con esto—sacó unos papeles de su bolsillo y los puso sobre el escritorio

Tomaste entre tus manos los papeles, eran multas describiendo la causa y consecuencia, perturbar la paz pública, agresión contra un policía, resistencia al arresto, dañar propiedad privada, ebriedad al conducir, y más...

—¿Le lanzaste a un policía una de tus Converse con brillitos rosas? —

—Le hizo un rayón mi auto! —reclamó, causándote un poco de gracia

—Bien, ¿En qué puedo ayudarte en esto? —

—¿Desaparecer los cargos es demasiado pedir?... —preguntó temeroso, tú te quedaste con la boca abierta, indignada

—Roger, no voy a hacer eso! —

—¿Por qué no?, tienes el poder—

—Pero es contra la ley, y si descubren que usé mis influencias para el beneficio de un familiar me quitarán el trabajo, y mis honores, ¡adiós! —hiciste un gesto con tu mano

—Pero...—

—No voy a hacerlo, solo puedo conseguir un trato para que no vayas a la cárcel, pero pagarás una generosa multa a la fiscalía de la ciudad—

—Pero...—

—¡Ya dije, Roger!—

—Está bien...—bufó e hizo un pucherito, cruzando sus brazos

—Awww, el bebé está enojado? —te levantaste de tu asiento y caminaste hacia él

—No soy un bebé...—siguió con su puchero

—Claro que lo eres! —te inclinaste hacia adelante y abrazaste su cabeza

—Que no...—

—Que sí...—canturreaste burlona

—Bueeeno, sí, sí lo soy—aceptó, calmando su carácter

—Hablando de que eres un bebé, ¿Y mamá? —preguntaste y te alejaste de él para sentarte en un sofá largo de la oficina

—Ya sabes, normal...—contestó

Él se acercó a ti, recostó el resto de su cuerpo encima del sofá, enrollando sus piernas, y apoyó su cabeza encima de tus muslos, su rostro quedó en frente de tu vientre, abrazó tu cintura con uno de sus brazos, mientras mostraba una sonrisa inocente

Parecía un niño pequeño

—Entonces está mal...—acariciaste su cabello

—Pues papá no es de mucha ayuda...—.
Te tensaste, y él lo sintió

Alzó su cabeza para conectar su mirada con la tuya, su mirada expresaba tristeza y nostalgia

—Está bien, Michael es tu padre, pero...no el mío—dijiste, aun siguiendo con las caricias

—Ya se disculpó contigo ______., talvez sea tiempo...—lo interrumpiste

—Ya lo perdoné, pero no podré olvidarlo, era su hija adoptiva, no su saco de boxeo...—

—Está bien, lo siento...—

—No es tu culpa, nunca lo fue...—le sonreíste

Se quedaron en un abrazo fraternal

—¿Recuerdas cuando éramos pequeños, Clare se comió mis galletas, y yo te dije que levantaras cargos en su contra? —preguntó

—Sí, recuerdo la cara de mamá cuando le dije que sería la jueza del caso—le seguiste el relato

—Luego Clare trajo a uno de sus amigos como su abogado—

—Y yo fui la fiscal, y le dimos la condena de tres nalgaditas de mamá—mostraste una sonrisa

—Y el jurado fueron tres peluches y dos de mis carros de juguete—

Ambos rieron, al recordar su infancia

A pesar de que ya ambos eran adultos, seguían queriéndose.
Él te protegía, al igual que a Clare, tu otra hermana.

Él incluso ya tenía un hijo, tú una carrera profesional.
Una vida hecha, pero siempre había espacios para sus hermandades

—Te quiero, ______.—dijo tu apodo

—Y yo a ti, erito

***********

Me dieron ganas de hacer un imagina con Roger y no me resistí

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Brian May y la rayita (tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora