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Capítulo 9: Secuestro

El pánico se agitó en la cabina cuando una mujer de 40 años gritó por un momento y se desmayó repentinamente.

En este momento, otro matón se puso de pie, y esta persona parecía tener poco más de 20 años. Llevaba un traje gris e incluso tenía corbata. Parecía bastante pálido, y sus labios delgados estaban dibujando una sonrisa pretenciosa. Su largo flequillo cubría la mitad de sus ojos mientras tenía vendas blancas en la mano.

"Mientras todos escuchen mis instrucciones, les garantizo que todos podrán salir de este lugar con vida". El joven pálido dijo con voz fría.

Sus ojos luego se volvieron para mirar la fila de Xia Fei. “Señor Andre, ¿puedo pedirle que me entregue su maletín? No dejes que nadie muera por tu impulso.”

Todos se giraron rápidamente para mirar a Andre y esperaron que les entregara rápidamente el maletín a estos matones y les permitiera irse.

Andre apretó los dientes y levantó la mano izquierda. “Las llaves no están conmigo”.

El joven pálido se rió entre dientes y dijo: "No te preocupes, siempre hay una nueva forma".

Hizo una señal ocular al hombre robusto. Este último asintió y se dirigió al área de trabajo de las azafatas. Un momento después, trajo un cuchillo destinado a cortar frutas.

El joven pálido tomó el cuchillo y calculó el peso. El cuchillo no era grande, pero tenía una excelente calidad además de ser pesado. “Señor Andre, esto podría doler un poco. Necesito que aguantes por un momento.

Qué método tan cruel. ¡En realidad quería cortarle la muñeca a una persona!

La dama que se había desmayado antes se estaba despertando gradualmente. Cuando vio al joven pálido empuñando el cuchillo, gimió antes de desmayarse en su asiento nuevamente.

Xia Fei escaneó los alrededores y notó a un hombre que tenía alrededor de 30 años y tenía una postura corporal extraña.

Este hombre era alto y fuerte, tenía un mentón ancho y expresión determinada. Era calvo y sus ojos miraban a los dos matones.

Uno de sus pies estaba al frente mientras que el otro pie presionaba con fuerza el suelo. Sus musculosos músculos de la pantorrilla tenían líneas definidas, y parecía un tigre fuerte y saludable preparándose para abalanzarse sobre su presa.

'¿¡Podría estar planeando atacar!?' El corazón de Xia Fei se estremeció cuando rápidamente se volvió hacia un lado y trató de no prestar atención al hombre.

Este Airbus A380 transportaba al menos 300 pasajeros, y si no había confianza absoluta, nadie debería hacer movimientos temerarios. Si el matón entrara en pánico y detonara la bomba, las consecuencias serían inconcebibles.

Andre se levantó temblando y llevó el maletín asegurado a los dos matones. "Te lo prometo, pero te pido que sueltes a los otros pasajeros".

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El joven matón se metió las manos en los pantalones y mantuvo la calma. El otro matón se rió de buena gana. “Viejo, eres bastante sensato. Nuestro séptimo joven maestro siempre cumple sus promesas”.

¡De repente, ese hombre calvo hizo su movimiento!

¡Pisó el piso con una pierna y estalló! ¡Luego se abalanzó sobre ese matón con la bomba!

“¡Este tipo es realmente demasiado imprudente! ¡Maldita sea, tengo que correr el riesgo!

En este momento de peligro inminente, no había tiempo para pensar. ¡Xia Fei apretó los dientes y corrió! Podría haber actuado más lento que el calvo, ¡pero fue el primero en atacar!

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