♡☁️ CHAPTER FIVE; "LO QUE NOS ESPERA" ------------------
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2 meses atrás.
— ¡Natasha! ¡¿Natasha, donde estás?!— Gritaba una voz femenina mientras corría sin parar.
Las calles estaban llenas de gente corriendo sin parar, autos chocados, algunas llamas por todos lados además de humo y sangre, mucha sangre.
La chica no tenía miedo de caminar en dirección a lo que los demás escapaban. Además de tener una arma para defenderse, la chica no pensaba detenerse hasta no encontrar a Natasha. Estaba preocupada por su hermana, ya que ella no tenía un arma.
Los gritos de la gente la desesperaban. Hasta hace 5 minutos ambas chicas estaban juntas, pero Natasha quizo ayudar a una pequeña niña a encontrar a su madre y no la vio más.
Natasha era así, siempre dispuesta ayudar a los demás y la chica odiaba esa parte de ella, y pensaba reclamarselo cuando la volviera a ver, obviamente.
Sin dejar de gritar el nombre de Natasha, la chica se aproximó a aquella casa de descanso en la que ambas se estaban quedando. Al entrar vio sangre por todos lados, no sabía porque, no sabía de quién, pero aún así solo comenzó a buscar por todos lados.
De pronto un ruido más fuerte se escuchó en toda la casa, la chica levantó rápidamente su arma y se dirigió a origen del sonido.
— ¡No nos lastimes! ¡Por favor!— Pidió en un gritó una chica pelinegra y de pronto un chico se posicionó frente a ella.
El chico saco un cuchillo, así que la chica no bajo su arma.
— No queremos lastimarte.— Dijo el chico mientras guardaba aquel cuchillo.
La puerta comenzó a ser golpeaba por varias personas de afuera que buscaban escondite. Y era lógico, la casa en la que estaban era bastante grande.
— Los muertos... ya vienen, la gente está loca allá afuera, déjanos quedarnos acá.— Pidió el chico.
— ¿Como se llaman?— Preguntó la chica aún con su arma levantada, los golpes en la puerta no cesaban.
— Yo soy Thomas Argent y ella es mi hermana menor; Allison.— Respondió el chico. —¿Puedo saber el tuyo?
— Yelena.— Respondió la chica mientras bajaba y guardaba su arma. — Yelena Blake.— Concreto. — Ahora Thomas, ustedes estuvieron afuera, ¿no vieron a una mujer pelirroja por allí?
