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⚠️ Advertencia, el siguiente libro contiene spoilers de los últimos capítulos de Tokyo Revengers.
Si no estás al día con el manga, recomiendo no leer
Al mismo tiempo mantiene una temática fuertemente relacionada con la comunidad LGBTTI+
Si estos temas te incomodan, por favor, te invito a cerrar este libro

En este perfil amamos y respetamos las identidades y orientaciones ❤️

Muchas gracias por la comprensión

Era la hora pico del trabajo y no podía estar más molesto al respecto.

Tantas cosas que hacer en tan poco tiempo le resultaban abrumadoras.

No podía estarse culpando a sí mismo o a su colega de trabajo, después de todo se les había advertido desde el inicio que tener un negocio independiente era un trabajo duro que probablemente podría escapar de las manos de dos jóvenes hombres que apenas y sobrepasaban la mayoría de edad.

Era un gran esfuerzo, pero al menos tenían un lugar al cual llamar suyo.

- Eh, Ken.- Llamó a su colega.- ¿Ya revisaste el inventario?

Asomándose desde el mostrador, el joven de largo cabello rubio chasqueó la lengua con frustración, una clara señal de que no estaba contento con aquella tarea.

- Iré en este momento.

Ken Ryuguji era hábil a la hora de trabajar en motores, sin embargo a la hora de realizar tareas más organizadas tendía a mostrarse frustrado. (__) reía entre dientes al ver el ceño fruncido de su camarada, pero no podía hacer nada más que disfrutar del acuerdo silencioso que ambos tenían cuando se trataba del control de piezas mecánicas.

Mientras que Ken iba a la parte trasera del taller, el (c/c) decidió quedarse en el frente, trabajando en la reparación de una vieja podadora que la señora que les rentaba el lugar pidió amablemente que revisaran. A pesar de que era un taller exclusivo de motocicletas, con la escases temporal de clientes, solo podían resignarse a tomar los encargos de toda aquella cosa con motor que llegara a sus manos.

Mientras que sus manos estaban ocupadas en el motor, la parte delantera del pequeño taller, la puerta principal fue abierta, haciendo que la campanilla encima de esta dejara salir un sonido.

Poniendo su atención del nuevo posible cliente, el (c/c) se levantó y limpió sus manso con un paño que tenía en el bolsillo de su overol.

Se trataba de una mujer, de larga cabellera dorada y ojos como la miel que parecían estar cansados, ella era joven, calculó que quizá podría estar en su edad, la mueca que hacía con sus labio solo acentuaba sus cansados rasgos.

- ¿Puedo ayudarle, señorita? 

Ella le miró, había algo en esos ojos que le resultaron familiares.

- Quería buscar ayuda para mi auto.

(__) se sintió decepcionado, no se quejaba de tener clientes pero desearía estar con las manos en una motocicleta en lugar de un auto familiar estándar. Pero él no era quién para negarse, sus ansias por comer y pagar la renta de ese mes eran mucho más grandes que sus deseos.

- Bien, vamos a echarle un vistazo.

Moviendo el auto hasta el garage, un espacio reducido al que solo podrían caber dos autos a lo mucho, pero era justo lo que necesitaban para un negocio que recién estaba emprendiendo.

Examinó con detenimiento el vehículo, sorprendido por que una pieza tan vieja como esa estuviese bien cuidada. Esa mujer debía amar mucho a su auto para tener un modelo tan viejo funcionando con apenas problemas.

Primera Opción [Emma Sano x Reader]Where stories live. Discover now