Antonella Fiore, prometida del hermano de Gian, una chica simplemente hermosa, es estudiante de literatura, sexy y atrevida aunque ella todavía no lo sepa, le gusta la lectura, tiene un carácter fuerte, ella misma se podría apodar suminante, su secr...
En estos momentos me estoy arreglando para la cena, ya es hoy, el día paso, demasiado rápido para mí parecer, Gio me llamo y me dijo que no pudo venir ayer en la noche porque estaba ocupado y lo entendí.
Me maquillo sencilla, a Gio no le gusta Que me coloque nada exagerado, dice que puedo parecer una cualquiera por ser rubia.
Me coloco mi vestido, es negro completamente, no tiene escote, con mangas hasta el codo y me llega dos dedos más arriba de la rodilla. Me coloco los tacones del mismo color del vestido y tiene una abertura en medio
Quede algo así:
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Le envío un mensaje a Gio Para avisarle que ya estoy lista y bajo hacia la sala, allí está mamá con mi hermana.
—¿Vas a salir?—me pregunta mamá arqueando una ceja.
—Si, Gio y yo iremos a una cena que organizo su padre
—¿No crees que ese vestido está muy pegado?, No darás una buena impresión...
—Antonella está hermosa y el vestido es adecuado a la ocasión—la interrumpe mi padre y mi hermana me mira con disgusto
—Como digas
—Ya me tengo que ir Gio me espera afuera—me despido solo de papá con un beso en la mejilla y salgo
En la entrada me encuentro a Gio con un traje azul marino, camisa blanca, corbata del mismo color del traje y zapato negro.
—Estas hermosa—le da un casco beso a mis labios.
—Tu también estás guapo.
Subimos al auto y el se puso a conducir.
—¿No crees que tienes mucho maquillaje?—me pregunta sin verme.
—Por Dios Gio, apenas me coloque—digo irritada.
—No te enojes nena—acaricia mi muslo.
Nos mantenemos en silencio hasta que llegamos a una mansión enorme, sabía que el padre de Gio era adinerado pero no tanto.
—Llegamos—anuncia y se baja del auto para abrirme la puerta.
—Dios..—murmuro nerviosa.
Gio entrelaza su mano con la mía y me invita a caminar a la entrada.
Cuando entramos quedé encantada, todo gritaba lujos, por dentro todo era hermoso, paredes blanca, porcelanato, decoraciones de diamantes y oro.
—Hijo llegaste—habla un hombre parecido a Gio solo que no tiene los grises verdosos sino cafés.
—No me perdería por nada está cena Padre—se dan medio abrazo.
—¿Quién es esta linda dama?—pregunta el señor D'Angelo y Me sonrojo.
