1

39.5K 4.7K 1.1K
                                    

Cuando tus padres te dicen: estudia, porque un lápiz pesa menos que una pala, también abarca la parte sentimental.

Cuando tenía veinticinco años decidí casarme, mi esposo es tres años menor que yo, nos casamos muy enamorados, creyendo que con el amor que sentíamos el uno por el otro podríamos salir adelante y resolver todos nuestros problemas.

Me equivoqué.

Ahora cada noche tengo que salir a trabajar y dejarlo a él solo el casa.

- Jungkook, necesitamos dinero, no tenemos nada para comer, trata de levantar un poco más de gente, esfuérzate un poco más

Mi matrimonio se convirtió en una rutina, sexo los viernes, mi turno en el taxi comienza a las siete de la noche y termina a la mañana siguiente, cuando estoy en casa él sale a trabajar, no solemos vernos, quizá ya para este momento ya ni siquiera nos amamos. La costumbre es una mala amiga; él es lo único que tengo y el taxi que mi padre me heredó.

- ¡Ay, ya estoy arto de todo! -grita- todo esto es una maldita porquería

Aquí va de nuevo; sus panchos de siempre.

- Eres un bueno para nada Jungkook, mi madre me lo advirtió, pero no, mírame, aquí estoy comiendo frijoles todos los malditos días y todo por tu culpa, todo por no querer vender ese taxi que solo hasta gasolina a lo estúpido 

Vivir entre los barrios bajos de Seul, no es lo mejor de la vida, ni tampoco con lo que algún día había soñado, no podía quejarme tenía un techo y un esposo que al menos me hacía una comida medio decente para cenar. 

- Me voy -me acerque para darle un beso, pero retrocede- oye... 

- Si como sea -rueda los ojos- ve a trabajar Jungkook y trae dinero sino mejor no regreses

Entre un suspiro di media vuelta, saliendo de nuestro pequeño departamento, subí al taxi; era uno de los modelos antiguos, una gran máquina del año sesenta y ocho. Hubiera pagado para verlo andar en su mejores años cuando mi padre lo manejaba. Lo conserve conmigo porque tiene un valor sentimental para mí, intento mantenerlo de pie, pero en el fondo se que mi esposo tiene razón; si lo vendiera probablemente me quitaría una carga de encima.

Comencé a manejar alrededor de la ciudad, tenía que recoger algunos pasajes y al menos no llegar con las manos vacías a mi casa. Encendí el estereo y comencé a cantar la canción relajando me al instante.

[...]

- Taehyung, no me esperes para la cena, tengo que cerrar un par de negocios que quedaron pendientes, regresaré tarde -le da un piquito- nos vemos

Ni siquiera me permitió decirle adiós, cuando ya había cerrado la puerta desapareciendo detrás de ella.

- Unos negocias... -reí para mí mismo- si, si y yo nací ayer 

En realidad no sé si en serio piense que soy tan estúpido para no darme cuenta de sus mentiras o el idiota es él, quien en verdad cree que yo le creo todo lo que me dice. Por la noches llega apestando a un asqueroso perfume barato y en los cuellos de sus camisas manchas de un labial corriente; seguramente es una prostituta de cuarta.

Así que por fin esa noche tome la decisión y lo seguí hasta donde se suponía que tendría sus "negocios".

- ¿Un bar? -rode los ojos- que original mi amorcito -me burle- 

A penas y entre al bar apestaba a humo, la música era alta; gente pobre divirtiéndose. Lo busque entre la multitud, localizando lo a lo lejos en una de las mesas del rincón, la forma en la que lo veía era especial, creo que nunca me ha mirado a mi de esa manera; sus ojos brillaban y tenía una sonrisa sincera. No pude evitar sentirme decepcionado, al final de cuentas se trataba de mi esposo con otro hombre.

Mi padres fueron quiénes me obligaron a casarme con él por su gran fortuna. Heredero de una gran firma de abogados donde mi padre era uno de los socios mayoritarios, claro, mi padre tiene su propio dinero, pero esos viejos entre más tienen más quieren.

Me creí enamorado, pero toda la felicidad se esfumó cuando a penas cumplimos un año de casados, todo se volvió monótono, aburrido, la chispa se nos apagó muy rápido; ahora solo nos mantenemos juntos porque ambos sabemos que nos conviene.

Salí de la bar lo más rápido que pude, casi corriendo, no quería que nadie me viera; entre las oscuridad choque con varias personas, la vista se me nublo, no supe en que momento había comenzado a llorar y mucho menos porque carajos lo hacía.

Cómo pude llegue hasta la acera, varios taxi pasaban, así que solo hice la parada, en cuanto uno se detuvo subí lo más rápido que pude.  

- Buenas noches...

- Solo arranqué por favor 












All the love ❤️

TAXI ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora